Austria podría renunciar algún día al gas ruso, pero es poco probable que esta decisión ocurra en un futuro próximo, declaró el lunes el canciller federal del país, Karl Nehammer, en una entrevista a la emisora local ORF.
En este contexto, justificó la continuidad del suministro de gas ruso a Austria por la falta de alternativas y por el hecho de que el sistema de gasoductos en Europa ha permitido al combustible ruso dominar los mercados energéticos de Europa Central y del Este durante décadas. Nehammer señaló que el gas procedente de Rusia no es más barato que el de otros países, y frente a ello, Viena está trabajando para ampliar sus lazos con Italia, Alemania y Croacia.
El canciller federal indicó que el año pasado Austria ya empezó a debilitar su dependencia de Rusia. Sin embargo, la cuota del gas ruso en las importaciones del país sigue superando el 50 %, según datos del Portal Austriaco de Información Energética. En febrero de 2022, el país recibía de Rusia el 79 % de su gas, y en julio de 2023 esta cifra se redujo al 66 %, lo que sigue siendo un porcentaje significativo.
Por su parte, el consejero delegado del grupo energético austriaco OMV, Alfred Stern, declaró el martes 5 de septiembre a Financial Times que la compañía seguirá comprando a Rusia este invierno la mayor parte del gas que consume. La firma no tiene previsto rescindir su contrato a largo plazo con la empresa rusa Gazprom, vigente hasta 2040.