Ebrard, el cabo suelto del oficialismo mexicano tras la elección de la candidatura de Sheinbaum

El excanciller denunció supuestas irregularidades en el proceso de selección del abanderado de Morena y asomó una posible ruptura con el partido de López Obrador.

La elección de Claudia Sheinbaum como candidata presidencial del oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) terminó envuelta en un escándalo, luego de que su principal rival, el excanciller Marcelo Ebrard, denunciara supuestas irregularidades que podrían culminar con su renuncia al partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Desde que comenzó el proceso, Ebrard aseguró que la campaña de Sheinbaum estaba haciendo uso indebido de recursos públicos, que había un marcado favoritismo por parte de las principales figuras del partido, que su financiamiento era opaco, que hacía promoción indebida del voto y que en sus actos había "acarreo", es decir, público contratado o condicionado.

En ese clima de tensión y creciente inconformidad por parte de Ebrard, llegó el día de la definición: la jornada en la que se conocerían los resultados de las cinco encuestas que se realizaron para saber cuál de los seis precandidatos tenía una mayor intención de voto y que, por lo tanto, sería designado Coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, y luego candidato o candidata presidencial.

Nadie dudaba de que la elegida sería Sheinbaum, ya que todas las encuestas realizadas a lo largo del año coincidían en posicionarla en primer lugar, seguida por Ebrard, quien en las últimas semanas insistió en que los sondeos estaban manipulados y que él sí tenía amplias posibilidades de ganar la interna.

De esta forma, la única incógnita era saber cómo reaccionaría Ebrard a la previsible derrota. Si actuaría de forma institucional y aceptaría la victoria de su rival, o sí "quebraría" la elección, impugnaría los resultados y afectaría por completo el proceso.

Y, efectivamente, eso último fue lo que ocurrió. Además, Ebrard abrió la puerta a la posibilidad de renunciar a Morena y postularse bajo las siglas de otro partido.

Crisis

Los dirigentes de Morena, la fuerza política que en 2024 buscará la reelección en alianza con los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM), anunciaron que los resultados se darían a conocer el miércoles a las 17:00 horas, en un hotel de la Ciudad de México.

Pero, antes, todo estalló. Pasado el mediodía, Ebrard denunció que a su representante en el proceso, la senadora Malú Micher, le habían impedido ingresar al lugar en el que se estaban evaluando las encuestas, a pesar de que tenía la acreditación respectiva.

"Impiden a la fuerza la entrada de nuestra representación al conteo de las boletas de Morena. Que tristeza (…) jamás pensé vivir algo así en mi propio partido", escribió el excanciller en sus redes sociales. El escándalo fue imparable.

Más tarde, en un mensaje grabado, llamó "cobardes" al presidente de Morena, Mario Delgado, y al secretario general del partido, Alfonso Durazo y dijo que se parecían al viejo PRI, el partido que, gracias a la corrupción, monopolizó la vida política de México durante siete décadas.

También advirtió sobre múltiples anomalías en las encuestas, exigió que se repitiera el proceso y confirmó que no acudiría al acto en el que se darían a conocer los resultados porque ya no formaba parte de la contienda.

En esas horas aciagas, Ebrard mantuvo un encuentro privado con su equipo para evaluar los pasos a seguir. El diario El País, que logró entrar a esa reunión, reportó una frase lapidaria del excanciller contra Sheinbaum: "No nos vamos a someter a esa señora".

Un rato más tarde, durante el evento en el que se confirmó su triunfo, Sheinbaum agradeció a sus contrincantes: el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López; el diputado Gerardo González Noroña y los senadores Ricardo Monreal y Manuel Velasco, quienes estaban presentes para levantarle el brazo como ganadora. A Ebrard ni siquiera lo mencionó.

"La unidad es fundamental y las puertas jamás se van a cerrar", dijo de manera general y sin citar ningún nombre, a sabiendas de que Ebrard estaba evaluando abandonar el partido.

Quiebre

La victoria de Sheinbaum quedó opacada por la fuerte polémica que provocó el excanciller con sus denuncias y con las declaraciones que realizó a diferentes medios, durante la tarde y noche del miércoles.

Aunque Ebrard confirmó que recién el próximo lunes se reunirá con su equipo para definir su futuro, en varias notas advirtió que todavía no se puede descartar que su nombre aparezca en la boleta de candidato presidencial el 2 de junio de 2024.

Ello alimentó los rumores que ya habían circulado durante semanas, sobre la posibilidad de que el excanciller se postulara con el partido Movimiento Ciudadano.

"Estuve participando en este proceso para que se respetase la decisión de la gente. El lunes veremos qué caminos tomamos para que eso se cumpla. Lo que no vamos a permitir es que no se nos permita contender", afirmó.

Un rato más tarde, su representante, Malú Micher, afirmó que de ninguna manera se irían de Morena, pero en varias notas Ebrard insistió en que todavía no toma una decisión definitiva.

"No es un berrinche, soy un hombre de Estado, pero todo tiene un límite. Todo tiene un límite, Llega un punto en el que si te quedas callado, entonces estás validando algo en que no estás de acuerdo", dijo al asegurar que no aceptará "un premio de consolación", es decir, un cargo.

"Me están orillando a elegir entre estar en Morena o a defender lo que yo creo. Y voy a defender lo que yo creo”, advirtió en lo que representaría una ruptura histórica, ya que es uno de los principales líderes de la fundación de Morena.