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Subastan la vajilla que una asesina serial de Argentina usó para envenenar a sus víctimas
El hijo de la legendaria criminal donará las ganancias a un refugio de animales.
En un hecho insólito, Martín Murano, hijo de la asesina serial argentina Mercedes Bolla Aponte, mejor conocida como Yiya Murano, lanzó a la subasta una vajilla que incluye las tazas en las que su famosa madre mezclaba té con cianuro para matar a sus víctimas.
"Quiero convertir algo macabro en algo útil", afirmó el hombre en una entrevista en el canal Todo Noticias que de inmediato se viralizó, ya que Murano es una de las mujeres criminales más legendarias del país sudamericano.
Martín, quien nunca se llevó bien con su madre, explicó que no pretende lucrar con las ganancias, ya que lo que obtenga por la macabra vajilla será donado a un albergue de perros y gatos, ubicado en la ciudad de Mar del Plata. En principio, pide por lo menos 20.000 dólares.
“TRANSFORMEMOS ALGO MACABRO, EN ALGO ÚTIL” 👀🫖☕ Así dice la publicación de Mercado Libre. Según la descripción, el juego de té con el que Yiya Murano asesinó a una de sus primeras víctimas, se subasta para quien haga la mejor oferta desde los U$D 20.000.🟡 Según la… pic.twitter.com/mUgEymPpUh
— Boing 97.3 (@radioboing) September 6, 2023
La mujer, que falleció en 2014, fue una prestamista a la que en 1979 se le acusó de haber asesinado a Nilda Gamba, Lelia Formisano y Carmen Zulema del Giorgio de Venturini, a quienes les debía dinero.
En todos los casos, el método fue el envenenamiento con cianuro, aunque solo con Giorgio de Venturini las pruebas fueron contundentes.
Después de una serie de idas y vueltas judiciales, en las que fue sentenciada, absuelta y nuevamente condenada, Murano quedó finalmente libre en 2001. Desde entonces, su vida ha sido plasmada en libros, documentales y programas de televisión.
Además, en 2016 su hijo publicó su propia autobiografía en la que reveló que su madre le había confesado que, efectivamente, cometió todos los crímenes que le imputaron.
En la entrevista, Martín explicó que, cuando murió Yiya, le regaló la vajilla de porcelana a la madre de una amiga, pero ella murió hace poco, por lo que le devolvieron un obsequio que incita al morbo del mundo criminal.
"Es macabro, con una de esas tazas que tengo acá asesinaron a una persona que yo quería más que si fuera mi tía", dijo en referencia a Nilda Gamboa, la vecina de Yiya.
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