El devastador terremoto de magnitud 6,9 que ha sacudido Marruecos la pasada noche se ha cobrado la vida de 1.037 personas y ha dejado 1.204 heridos, 721 de ellos en estado grave.
Las labores de rescate aún continúan y es posible que el número de víctimas aún vaya en aumento. Los servicios de emergencias intentan acceder a las comunidades más remotas y rurales que se extienden desde las montañas del Atlas hasta la ciudad de Marrakech.
En el caso de la urbe, testigos declararon que algunos edificios se habían derrumbado y se observaron grandes grietas en una sección de las murallas de la ciudad, considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La famosa mezquita Koutoubia, construida en el siglo XII, también resultó dañada, pero la magnitud de la destrucción aún no está clara.
La mayor parte del pequeño pueblo de Moulay Brahim, situado en la ladera de una montaña al sur de Marrakech, quedó inhabitable después de que muchos de sus edificios terminaran derrumbados y más de una docena de casas fueran reducidas a escombros. Asimismo, en algunas zonas cercanas al epicentro se cortó la electricidad y las carreteras quedaron intransitables.
En la provincia Al-Haouz las autoridades están trabajando para despejar las carreteras y permitir el paso de ambulancias para ayudar a las víctimas. Las zonas más afectadas por el sismo, aparte de Marrakech y Al-Haouz, son Ouarzazate, Azilal, Chichaoua y Taroudant.
El Ejército marroquí desplegó aviones, helicópteros y drones, mientras los servicios de emergencia movilizaron efectivos de refuerzo para llegar con más rapidez a las zonas afectadas por los daños. Se envían camiones cargados con mantas, catres y equipos de iluminación a los damnificados.
Tras la catástrofe, los líderes mundiales ofrecieron enviar ayuda o equipos de rescate. Turquía, Francia, Alemania, Ucrania y Rusia se encuentran entre los países que expresaron su apoyo a los marroquíes.
A su vez, el rey Mohammed VI de Marruecos ordenó a las Fuerzas Armadas movilizar medios aéreos y terrestres, equipos especializados de búsqueda y rescate, así como desplegar un hospital de campaña quirúrgico. Hasta ahora, el Gobierno marroquí no ha solicitado asistencia formalmente, un paso necesario antes de que puedan desplegarse equipos de rescate externos.
Se trata de uno de los terremotos más fuertes ocurridos en Marruecos en los últimos años. En 1960, un sismo de magnitud 6,7 en la ciudad de Agadir provocó la muerte de 12.000 personas. En el 2004, al menos 628 personas murieron y 926 resultaron heridas después de que un sismo sacudiera la ciudad de Alhucemas, en el noreste del país.
El movimiento telúrico más destructivo en la historia de la región tuvo lugar en 1980 en la ciudad argelina de El-Asnam, causando la muerte a 2.500 personas y dejando a 300.000 sin hogar. El sismo tuvo una magnitud de 7,3.