El vertido de agua radiactiva tratada de la central nuclear Fukushima-1 en Japón evoca los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, afirmó el gobernador de la región de Sajalín, Valeri Limarenko, entrevistado por RIA Novosti en el Foro Económico Oriental que se celebra estos días en el Lejano Oriente de Rusia.
Limarenko afirmó que Fukushima-1 es una vieja planta que "debía haber sido clausurada hace mucho tiempo". "Cuando Europa comenzó a reducir su sector de energía nuclear, desmanteló varias de sus centrales para sentar la base para el desarrollo de nuevas energías. Al mismo tiempo, Japón prorrogó la vida útil de su planta. Las viejas plantas [de diseños] 'estadounidenses' causaron ese desastre", manifestó el alto funcionario.
Fukushima-1 entró en funcionamiento en 1971. Se trata de la primera central nuclear diseñada y construida por la empresa estadounidense General Electric junto con la japonesa Tokyo Electric Power Company (TEPCO).
"Y me viene a la mente esta analogía: en 1945 [Estados Unidos] arrojó bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, y en nuestro siglo, los estadounidenses de hecho volaron instalaciones nucleares pacíficas y ahora están vertiendo agua en el océano Pacífico. Les hace falta hacerse amigos de Rusia y entonces los japoneses tendrán más éxito", afirmó el gobernador.
Tokio comenzó a verter agua radioactiva de la central nuclear de Fukushima el 24 de agosto de 2023. Aunque el Gobierno japonés asegura que el agua residual ha sido purificada y no es peligrosa, se ha demostrado que aún contiene tritio.