El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha declarado este martes que el suministro a Kiev por parte de EE.UU. de municiones con uranio empobrecido, así como de racimo, "no cambia" la situación en el frente y solo "prolonga" el conflicto.
"Ya lo hemos dicho y lo tengo que repetir: hace poco la Administración de EE.UU. consideraba que el uso de proyectiles de racimo era un crimen de guerra. Lo dijeron públicamente. Ahora ellos mismos entregan municiones de racimo en la zona de combates en Ucrania. [...] No les importa qué piensen de ellos, siempre lo hacen todo exclusivamente en su propio interés", subrayó el líder ruso, durante el Foro Económico Oriental celebrado en Vladivostok.
Según explicó el mandatario, Washington apostó por el envío de municiones de racimo y con uranio empobrecido debido a las dificultades en la producción de proyectiles de 155 mm de calibre con ojivas convencionales. "Todo ello son crímenes. No lo digo yo, ellos mismos lo dijeron, pero ahora lo están haciendo", denunció.
Putin subrayó que la Administración del presidente Joe Biden "empuja" a los ucranianos a seguir adelante con su contraofensiva, porque se está acercando el período electoral en EE.UU. "No sienten lástima por los ucranianos y, por extraño que parezca, a los dirigentes ucranianos tampoco les importa su gente", resaltó Putin.
Por otra parte, el presidente ruso insistió en que, pese a las estimaciones del jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, el uso de municiones con uranio empobrecido contamina los suelos.
- Desde el OIEA señalaron que los estudios realizados en la antigua Yugoslavia, Kuwait, Irak y el Líbano "indicaron que la existencia de residuos de uranio empobrecido esparcidos en el medioambiente no supone un peligro radiológico para la población de las regiones afectadas".
- Sin embargo, el organismo subraya que el principal peligro para la salud radica en la inhalación de los aerosoles que se generan cuando las municiones con uranio empobrecido impactan contra un objetivo blindado. En este sentido, la mayor dosis de estas vaporizaciones podría alcanzar a personas que se encuentren cerca del objetivo en el momento del impacto o que luego lo examinen.
- El empleo en combate de los proyectiles de racimo, que dispersan muchas minibombas sobre una amplia zona, también es objeto de constantes debates.
- Debido a la incidencia letal de estas armas en la población civil, 123 países adoptaron en 2008 una convención que prohíbe el uso de las bombas de racimo. Cabe destacar que 111 naciones son parte del convenio, mientras que solo 12 son firmantes. Sin embargo, EE.UU., Ucrania, Rusia, China y Israel no se sumaron al tratado.