El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajará el próximo viernes a Cuba para participar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 77 + China.
El mandatario brasileño estuvo esta semana en la India, donde se llevó a cabo la cumbre del G20. Brasil será el país anfitrión del próximo encuentro, en 2024.
La cumbre del G77 + China, que se llevará a cabo entre el 15 y el 16 de septiembre, se desarrollará en la ciudad de La Habana y tendrá como el lema 'Retos actuales del desarrollo: Papel de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación'.
Hasta ahora, se ha confirmado por América Latina la presencia de Lula y de sus pares de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Colombia, Gustavo Petro, y Honduras, Xiomara Castro, difundió Prensa Latina.
"Preocupaciones y apremios"
Esta reunión de dignatarios se hace entre las "preocupaciones" y los "apremios" que "se han agudizado frente el orden económico actual que ha generado grandes conflictos y desafíos", recoge la página web de la Presidencia de Cuba.
Cuba, que ejerce la presidencia pro témpore del G 77 + China, convocó a esta cumbre de compuesta por un bloque de países en desarrollo que conforman el sistema de Naciones Unidas, y que representan el 80 % de la población mundial.
Las naciones presentes en esta cita articularán la agenda que llevarán a la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), a realizarse entre el 19 y el 22 de septiembre en Nueva York, EE.UU.
¿Cuál es la agenda de Lula?
Según la información de O Globo, el mandatario brasileño centrará su discurso en las reivindicaciones para los países en desarrollo, como una mayor participación en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la renegociación de las deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la asignación de mayores recursos para el combate contra el calentamiento global.
Esta semana, el citado medio publicó una entrevista con Celso Amorim, asesor en temas internacionales de Lula, quien dijo que su país quería "integrar a Cuba a la comunidad latinoamericana y caribeña", porque "no puede ser excluida ni aislada".
Amorim aseveró que el mandatario brasileño "quiere ayudar a Cuba", porque ese país también ha ofrecido su mano para ayudar a la resolución de conflictos regionales, "en situaciones difíciles".
El actual asesor recuerda que cuando fue ministro de Relaciones Exteriores, durante el anterior mandato de Lula, Venezuela y Colombia, en la época de Hugo Chávez y Álvaro Uribe, "varias veces estuvieron cerca de una guerra. Y el país que tenía influencia, entre otros actores, era Cuba, incluso más que Brasil", expresó.
Al referirse al tipo de cooperación que podría proporcionársele a la nación caribeña, Amorim consideró necesario el financiamiento para sus proyectos. "Ellos también están muy interesados en diversificar la producción y la energía", agregó.
El entrevistado también se refirió a la deuda que mantiene Cuba con Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y expresó que solo dejó de pagar durante el Gobierno de Jair Bolsonaro, cuando la relación entre ambos países "comenzó a deteriorarse".
Dijo que debe encontrarse una solución "absolutamente correcta y legal" y asomó que podría darse una renegociación, "como es normal, como hacen todos los países".
En febrero pasado, Lula responsabilizó a su antecesor de ocasionar el retraso de los pagos de los países que tenían deudas con BNDES.
La anterior reunión entre el mandatario brasileño y su homólogo de Cuba, Miguel Díaz-Canel, fue en junio pasado, en el contexto de la cumbre para un Nuevo Pacto Financiero Mundial, realizada en París, Francia.