Al menos seis trabajadores temporeros murieron la semana pasada durante la vendimia en Francia y las autoridades han abierto investigaciones para establecer las circunstancias de los decesos, ocurridos durante la jornada laboral en plena ola de calor extremos, informan medios locales.
Cuatro muertes se registraron en la región del Gran Este —al menos tres por paro cardíaco— y otras dos en el valle del río Ródano. Un temporero de 19 años falleció el viernes pasado en el departamento de Marne, cuando las temperaturas oscilaban entre los 32 y 34 °C en la sombra.
La viticultora responsable de su contratación relató bajo condición de anonimato que había visto al joven por última vez a la hora del almuerzo, notó que no se sentía bien y le propuso parar, pero él quiso seguir. Por la tarde otro vendimiador lo encontró tendido de espaldas en el suelo.
El presidente del sindicato general de viticultores de Champaña, Maxime Toubart, ha admitido que observa que "cada vez hay más vendimiadores que no están preparados", pues van a trabajar sin desayunar y sin gorra. Para afrontar el intenso calor, los trabajadores de los viñedos del sur de Francia cortan la uva al amanecer y paran antes del mediodía, explica.
"En Francia, los inspectores de trabajo no tienen el poder de detener una actividad durante olas de calor severas", aseguró Anthony Smith, del Ministerio de Trabajo francés, que vaticinó que "con el cambio climático la situación empeorará".
Las autoridades francesas habían emitido una advertencia a finales de agosto para que los trabajadores del campo empezaran su labor antes para evitar las peores temperaturas del día. El ministro de Agricultura, Marc Fesneau recomendó adaptar los calendarios y, al mismo tiempo, "seguir produciendo en condiciones necesariamente algo degradadas".