La mayor parte de las víctimas mortales causadas por las inundaciones en Libia —que ascienden a más de 11.000 y a 20.000 desaparecidos— podrían haberse evitado si hubieran funcionado los sistemas de alerta temprana, según se desprende de las declaraciones de Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), perteneciente a la ONU.
"La tragedia de Libia pone de relieve las consecuencias devastadoras y en cascada de las condiciones meteorológicas extremas en los estados frágiles y muestra la necesidad de una alerta temprana multirriesgo que abarque todos los niveles del gobierno y de la sociedad", explicó Taalas este jueves.
Asimismo, indicó que, si bien el centro meteorológico nacional del país norteafricano emitió alertas tempranas por fuertes precipitaciones e inundaciones 72 horas antes, estas no valoraron el riesgo que revestían las presas envejecidas, algunas de las cuales colapsaron.
"Factor de riesgo"
"La fragmentación de los mecanismos de gestión y de respuesta a las catástrofes del país, así como el deterioro de las infraestructuras, agravaron la enormidad de los problemas. La situación política es un factor de riesgo, como estamos viendo actualmente en muchos países", continuó.
Taalas señaló que la institución encargada de supervisar los fenómenos meteorológicos en Libia se enfrenta a "importantes lagunas" en sus sistemas de observación, ya que sus sistemas informáticos no funcionan bien y existe una escasez crónica de personal.
Si bien el Centro Meteorológico Nacional libio intenta funcionar, el jefe de la OMM aseguró que su capacidad para hacerlo es limitada, entre otras cosas porque la cadena de gestión y gobernanza de catástrofes está interrumpida.
"La tragedia pone de relieve la filosofía en la que se basa la iniciativa 'Alerta temprana para todos' para mejorar la precisión y la disponibilidad de las previsiones basadas en el impacto y para garantizar que lleguen a todos y conduzcan a la acción", concluyó Taalas, que trasladó sus condolencias al pueblo de Libia.