El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ofreció este sábado un discurso en el marco de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 77 + China.
"Hay dos grandes transformaciones en curso", afirmó Lula, antes de precisar que ninguna de ellas pueden ser modelada "por un puñado de economías ricas". La primera es "la revolución digital" y la segunda "la transición energética", detalló el mandatario. "Nuestros países deben estar en condiciones de responder a estos cambios", aseveró.
"Debemos forjar una visión común que tenga en cuenta las preocupaciones de los países de renta baja y media y de otros grupos más vulnerables. Es estratégico que el G77 haya dedicado, por primera vez, una cumbre al tema de la ciencia, la tecnología y la innovación", destacó, agregando que "la gobernanza mundial sigue siendo asimétrica" y que "la ONU, el sistema de Bretton Woods y la OMC están perdiendo credibilidad".
Según recalcó Lula, el G77 "representa el 79 % de la población mundial y el 49 % del PIB mundial en paridad de poder adquisitivo", y "ha desempeñado un papel decisivo en la denuncia de las anomalías del comercio mundial y en la defensa de la construcción de un nuevo orden económico internacional".
Entre otras cosas, el mandatario subrayó que Cuba es "fiel defensora de una sociedad más justa", pese a lo que "es víctima de un embargo económico ilegal". "Rechazamos la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores de terrorismo", aseveró.
La cumbre arrancó el viernes en La Habana, Cuba, con la presencia de una treintena de jefes de Estado y más de un centenar de delegaciones que abordarán los principales retos de los países del Sur Global.
El evento, que lleva como lema "Los retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación", comenzó con la intervención del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, que destacó el carácter "austero" de la cumbre debido a las "dificultades de un cerco reforzado" que dura ya seis décadas.
El G77, la mayor organización intergubernamental de países en desarrollo en las Naciones Unidas, se estableció el 15 de junio de 1964 por los signatarios de 77 países, y se fue ampliando hasta integrar 134 naciones de Asia, África y América Latina.