Un grupo de investigadores de instituciones científicas estadounidenses reveló que la sonda Solar Parker de la NASA atravesó una gigantesca erupción solar, conocida como eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés), logrando captar por primera vez este tipo de evento astronómico a una distancia cercana, informa la Universidad Johns Hopkins.
De acuerdo con el Centro de Predicción del Clima Espacial de EE.UU., las CME son grandes nubes de plasma y campo magnético que son expulsadas desde la atmósfera superior del Sol, denominada como corona solar. Estos fenómenos pueden ocasionar estragos en la electrónica de los satélites y en las redes eléctricas terrestres en caso de que sean lo suficientemente fuertes.
En un nuevo estudio, publicado en The Astrophysical Journal, se reportó que el encuentro entre la sonda Parker y la CME tuvo lugar el 5 de septiembre del año pasado, en el lado opuesto del Sol en relación a la Tierra.
La sonda sobrevivió a la erupción
Los científicos detallaron que el dispositivo estuvo observando el evento durante dos días consecutivos, convirtiéndose en la primera nave espacial en atravesar una potente erupción tan cerca de la estrella. En ese momento, la sonda Parker se encontraba a 9,2 millones de kilómetros de la superficie solar. Según la revista Scientific American, las erupciones solares comúnmente son estudiadas desde nuestro planeta, a una distancia aproximada de 152 millones de kilómetros.
Los especialistas compartieron un video del fenómeno, creado a partir de una compilación de fotografías obtenidas del instrumento de generación de imágenes WISPR a bordo de la sonda espacial.
Asimismo, explicaron que inicialmente la nave bordeó la parte lateral de la CME y posteriormente ingresó en su estructura, logrando pasar detrás de la onda de choque de la explosión antes de salir por el otro lado. El ingeniero de sistemas de la misión Solar Parker, Jim Kinnison, subrayó que, a pesar de la potencia del estallido solar, la sonda no sufrió daños gracias a su escudo térmico, radiadores y sistema de protección térmica, que permitieron que su temperatura no cambiara.
Además, comentó que el sistema de autonomía de la nave activó un plan de mitigación para atenuar los impactos y que estos no afectaran a sus componentes electrónicos. Al mismo tiempo, Kinnison destacó que el único efecto que experimentó la sonda fue un ligero giro, aunque logró estabilizarse. La NASA considera que la CME que golpeó al artefacto espacial es "una de las más poderosas jamás registradas".
Por último, el equipo que opera la misión Parker detalló que esperan que la nave, que fue lanzada en 2018, pueda seguir captando más de estos fenómenos en otras ocho aproximaciones cercanas al Sol. El próximo acercamiento que efectúe la sonda, que sería el número 17, tendrá lugar el 27 de septiembre.
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