La flor de la Rafflesia, considerada la más grande del mundo y conocida por emitir un fuerte hedor, está al borde de extinción, según un estudio realizado por un grupo de los biólogos y publicado este martes.
Esta planta, que alcanza más de un metro de diámetro y huele literalmente como un cadáver en descomposición, crece en el sudeste de Asia y es la flor nacional de Indonesia. Se trata de una flor parasitaria que se nutre de raíces de árboles y, aparte de su aroma fétido, emite calor, unas características que le sirven para atraer insectos polinizadores. La planta es poco conocida, debido a que permanece oculta durante todo su ciclo vital, y aún se siguen encontrando nuevos tipos.
En total, existen 42 especies de Rafflesia, 25 de las cuales están en peligro crítico de extinción y 15 están clasificadas como en peligro. De acuerdo con las estimaciones de los investigadores, al menos el 67 % de sus hábitats no se sitúan en zonas protegidas, por lo que los expertos llaman la atención de que está en riesgo debido a la destrucción de los bosques.
"La distribución sumamente restringida de la mayoría de las especies de Rafflesia en sus hábitats en vías de desaparición, unida a las dificultades asociadas a su propagación, exigen un planteamiento urgente, conjunto y transregional para evitar la extinción de las flores más notables del mundo", expresó el doctor Chris Thorogood, del Jardín Botánico de la Universidad de Oxford.
El factor humano desempeña un papel clave en la posible extinción de esta planta. Así, en Indonesia y Tailandia las comunidades indígenas utilizan la Rafflesia como un remedio popular, incluso como bebida energética para mejorar la resistencia de los hombres, como suplemento para aumentar la fertilidad de las mujeres o para tratar la fiebre y el dolor de espalda.
A pesar de que el uso de estas flores en tratamientos está muy extendido, los estudios publicados sobre sus propiedades farmacológicas son limitados. Incluso algunos científicos temen que la Rafflesia provoque insuficiencia hepática y esplénica, por lo que desaconsejan encarecidamente la recolección de esta planta amenazada.