Descifran el posible origen de unas misteriosas marcas en el fondo del mar de Nueva Zelanda
El Instituto Nacional de Agua e Investigación Atmosférica de Nueva Zelanda (NIWA, por sus siglas en inglés) informó este lunes que un grupo de científicos logró resolver un misterio que había mantenido desconcertada a la comunidad científica por una década, al explicar el posible origen de unas extrañas marcas en el fondo del mar.
En 2013, se encontraron por primera vez unas huellas en forma de herradura mientras se realizaba un estudio de biodiversidad en las profundidades de la elevación de Chatham, ubicada al este del país oceánico. A partir de ese hallazgo, los especialistas se cuestionaron qué podría haber causado estas estructuras.
Ahora, una nueva investigación, publicada en la revista Deep Sea Research Part I: Oceanographic Research Papers, determinó que estas marcas fueron probablemente creadas por los hocicos de los peces cola de rata de agua profunda ('Coelorinchus'), también conocidos como granaderos.
Los autores explican que observaron varios 'lebensspuren', un término en alemán para referirse a las huellas dejadas por algunos seres vivos en los sedimentos, en medio de las cuales había unas hendiduras. El estudio sugiere que probablemente se trate de "marcas de mordedura" hechas por granaderos al alimentarse de sus presas, concretamente, organismos que habitan en el fondo de los ecosistemas acuáticos conocidos como bentos.
Dos especies estarían detrás de las huellas
Estos resultados se conocieron después de que los investigadores compararon las imágenes de las huellas del lecho marino con los contornos de las cabezas de dos especies particulares de peces cola de rata ('C. aspercephalus' y 'C. biclinozonalis'). Las fotografías coincidieron a la perfección.
El científico Darren Stevens comentó que el motivo por el que se puede determinar que detrás de estas marcas están estas especies de pez granadero es debido a las características distintivas de su cabeza, puesto que tienen "un hocico largo y una boca extensible", lo que les "permite alimentarse del fondo marino", a diferencia de otras especies.
"Este nuevo descubrimiento podría permitir que futuros estudios identifiquen áreas de alimentación de sedimentos blandos y hábitats de peces críticos para estas especies, que son una parte clave del ecosistema", concluyó Stevens.
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