Un tribunal del Ejército de EE.UU. en la bahía de Guantánamo determinó que el yemení acusado en el caso de los atentandos del 11 de septiembre de 2001 no está apto para ser juzgado, después de que un panel médico militar considerara que el prisionero tiene daños psicológicos, debido a las torturas que sufrió por parte de los agentes de la CIA, informó este sábado AP.
Se trata de Ramzi bin al Shibh, de 51 años, que fue procesado por su supuesta complicidad en los ataques que dejaron un saldo aproximado de 3.000 muertos. Además, fue inculpado de organizar una célula del grupo terrorista Al Qaeda en la ciudad alemana de Hamburgo, cuyos integrantes posteriormente secuestraron uno de los cuatro aviones de pasajeros que participaron en los atentados del 11S, que terminaron con dos estrellados contra las Torres Gemelas en Nueva York.
El equipo de médicos militares, denominado 'junta de cordura', dictaminó el pasado agosto que Bin al Shibh sufría de un trastorno de estrés postraumático con características psicóticas, así como trastorno delirante. Por su parte, el abogado del recluso yemení, David Bruck, aseguró en una audiencia celebrada este martes que su defendido estaba quebrado por los malos tratos que recibió de la CIA mientras permaneció detenido en la base naval de Guantánamo, ubicada al sur de Cuba, durante cuatro años.
Bin al Shibh fue confinado en aislamiento y torturado de diversas maneras, entre otras, con privación del sueño y provocaciones de dolor. Según Bruck, esto generó en el hombre "delirios y alucinaciones complejos" en las reuniones legales, por lo que se sostiene que es incapaz de participar en su defensa en el juicio.
Ante los argumentos expuestos por el defensor, el juez del tribunal, el coronel Matthew McCall, ordenó el jueves que se suspendiera el proceso penal contra Bin al Shibh hasta que se restablezca su salud mental. El convicto permanecerá bajo la custodia de los funcionarios judiciales. "La totalidad de los hechos demuestran que el acusado está totalmente centrado en sus delirios", señaló McCall, quien reiteró que la condición mental del hombre indica "el deterioro de su capacidad para ayudar en su defensa".
No obstante, el juicio contra otros cuatro acusados de perpetrar los atentados del 11S continuará como se tiene previsto. David Bruck señaló en una entrevista concedida a AP que el fallo del juez significaba que el Gobierno de EE.UU. reconocía por primera vez que "el programa de tortura de la CIA causó un daño psicológico profundo y prolongado a una de las personas sometidas a él".
En 2009, la CIA declaró que había puesto fin a su programa de interrogatorios y detenciones, que incluía ahogamientos simulados, palizas, privación del sueño, entre otros actos de tortura. Una investigación del Senado de EE.UU. concluyó que estos tipos de abusos no fueron eficaces para obtener información de los detenidos.