Gerardo Cabanillas, condenado injustamente en abril de 1996 por supuesto robo, secuestro y agresión sexual, entre otros delitos, fue exonerado y liberado de prisión, comunicó este martes George Gascón, el fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, EE.UU.
Cabanillas había solicitado una revisión de su caso por inocencia fáctica, y tras la investigación exhaustiva de las pruebas ya presentadas así como de las nuevas evidencias, la Fiscalía perdió confianza en las condenas por las que fue sentenciado.
Las pruebas de ADN revelaron a dos autores de la agresión sexual, pero ninguno de ellos era Cabanillas. El 21 de septiembre, el Tribunal Superior del condado de Los Ángeles dictaminó que Gerardo es "objetivamente inocente" y se procedió a la anulación de su condena.
Un "claro recordatorio" de la falibilidad
"Hoy reconocemos una grave injusticia que ha resultado en el injusto encarcelamiento del señor Cabanillas durante más de 28 años", reconoció Gascón. Tras una revisión exhaustiva del caso un error grave ha quedado muy claro, explicó el fiscal, expresando a Cabanillas sus "más sinceras disculpas" por "el error judicial y el fracaso del […] sistema legal penal" de EE.UU. Este caso es un "claro recordatorio de que nuestro sistema legal penal no es infalible", reiteró.
Historia del crimen
El 16 de enero de 1995, dos hombres armados robaron a una pareja, se llevaron su automóvil, secuestraron y agredieron sexualmente a la mujer. Dos días después un individuo armado asaltó a otra pareja. Gerardo Cabanillas, que entonces tenía 18 años, fue arrestado más tarde por coincidir con la descripción dada por las víctimas de esos delitos, reseña la organización Proyecto de Inocencia de California.
Un detective con "la reputación de obtener confesiones" de los sospechosos prometió a Cabanillas que si confesaba el supuesto crimen obtendría la libertad condicional y que podría irse a casa. Sin embargo, tras la confesión Gerardo fue acusado de catorce delitos graves.
En 1996, un jurado declaró culpable a Cabanillas por delitos que incluían robo en segundo grado, secuestro, violación y agresión sexual.
"Las confesiones falsas son una de las principales causas de condenas injustas en EE.UU.", comunicó Alissa Bjerkhoel, directora interina del Proyecto Inocencia de California. "Si no fuera por las pruebas de ADN, Gerardo habría pasado el resto de su vida en prisión", explicó Bjerkhoel.