Todo el mundo da por hecho en España que al socialista Pedro Sánchez le ha llegado la hora de intentar su investidura para evitar unas nuevas elecciones, una vez consumado el fracaso del derechista Alberto Núñez Feijóo.
Pero hasta que eso pase todavía falta camino por recorrer en España, donde no es presidente quien gana las elecciones sino quien logra una mayoría parlamentaria.
Este lunes, el rey Felipe VI abrió una nueva ronda de consultas con los líderes de los partidos representados en el Congreso. Tras esas reuniones, debe encargarle al nuevo candidato la formación de Gobierno.
Esa persona es Sánchez, no solo porque su formación política, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fue el segundo más votado (121 de los 350 escaños), sino también porque, vistos los endiablados resultados de las elecciones del 23 de julio, se presume que tiene más posibilidades de éxito que Feijóo.
Un cordón sanitario
Al derechista le tumbó su alianza con el tercero más votado, el ultraderechista Vox, que le impidió pactar apoyos suficientes con las fuerzas —entre ellas los determinantes independentistas catalanes— que establecieron un cordón sanitario alrededor de la formación de Santiago Abascal.
En un principio, Sánchez, que cuenta con más sintonía que Feijóo con los partidos progresistas e independentistas de izquierdas y de derechas, lo tenía más fácil.
Pero el panorama se ensombreció mucho, después de saberse que los independentistas le exigen, a cambio de su apoyo o abstención, fijar un marco para la celebración de un referéndum de autodeterminación y la amnistía a los procesados tras la consulta ilegal celebrada en Cataluña en 2017 y la posterior declaración unilateral de independencia.
Las reuniones siguen un orden de partidos según el número de diputados, de menos a más. Empezaron a las 11:00 de la mañana (hora local) con las pequeñas fuerzas conservadoras Unión del Pueblo Navarro (UPN) (1) y Coalición Canaria (CC) (1) y siguieron con el derechista Partido Nacionalista Vasco (PNV) (5), la coalición progresista Sumar (31) y con Vox (33).
"Para ganar derechos"
UPN y CC dijeron tras sus reuniones que las condiciones no están dadas para apoyar a Sánchez, mientras que el PNV dijo que se trató de un encuentro de 40 minutos, sin dar más detalles.
La líder de Sumar y actual vicepresidenta en funciones, Yolanda Díaz, que en campaña apoyó abiertamente reeditar la coalición de gobierno con PSOE, advirtió que todavía se está "lejos" de poderlo concretar.
Y aseguró que una eventual participación en el gobierno de Sánchez será "para ganar derechos para nuestro país". Vox no se pronunció sobre la reunión, pero ya ha dejado claro que no apoyará a Sánchez.
El martes llegará el turno del PSOE y del PP (137), que cerrará la ronda de consultas.
Las formaciones Junts per Catalunya (7), Esquerra Republicana de Catalunya (7), EH Bildu (6) y Bloque Nacionalisa Galego (1) han rechazado reunirse con el rey.
Investidura o nuevas elecciones
Si el rey designa a Sánchez como candidato, según lo establecido, la presidenta del Congreso de los Diputados tiene hasta el 24 de noviembre, tres días antes de que se cumplan los dos meses de la primera votación del primer debate de investidura, para fijar la fecha del nuevo debate en la Cámara Baja y que el presidente en funciones intente revalidar el cargo.
Para ello, al igual que Feijóo, Sánchez dispondrá de dos intentos: una votación en la que debe conseguir la mayoría absoluta, 176 escaños, y otra, 48 horas después, en la que le bastaría con la mayoría simple. Es decir, más síes que noes, y ahí entrarían en juego las abstenciones.
Si también fracasa, se pueden producir nuevos intentos de investidura. En el caso de que no se haya logrado la investidura de un Presidente el 27 de noviembre, se decretaría la disolución de las Cortes y se convocarían automáticamente nuevas elecciones generales, que tendrían lugar el 14 de enero de 2024.