La corporación estatal del sector de defensa ruso, Rostej, puso a prueba el chaleco antibalas ruso Obereg, y demostró que resistió el disparo de un proyectil superior a las balas para las que fue diseñado.
El megaconsorcio probó tres chalecos antibalas: uno de producción china, el chaleco Obereg que se produce en la ciudad rusa de Tula, y uno fabricado en EE.UU.
En la primera etapa de la prueba, se realizaron disparos de fusiles Kaláshnikov AK-103 con municiones del calibre 7,62x39 mm desde una distancia de 15 metros. Los primeros dos chalecos pasaron la prueba, mientras que el equipo estadounidense no lo logró, aunque había sido diseñado para proyectiles con mayor calibre (7,62x51 mm).
Luego, se dispararon balas B-32 de calibre 7,62x54 mm, cuyos resultados fueron similares a la primera prueba: los primeros dos chalecos resistieron las municiones, mientras que el estadounidense no logró hacerlo. No obstante, el chaleco estadounidense resistió el disparo del proyectil del calibre 7,62x51 y de 5,45x39 mm para el que fue diseñado.
Además, en Rostej decidieron probar la resistencia del chaleco antibalas chino y del ruso Obereg contra las municiones del calibre 8,6x70 mm, que se usan para la destrucción de equipos blindados ligeros. Los creadores destacaron que los chalecos antibalas no estaban diseñados para la protección contra este tipo de municiones. Ambos chalecos antibalas soportaron la penetración del proyectil, sin embargo, dejó una abolladura no tan grande en el de Obereg, mientras que en el caso del chaleco chino, la bala provocaría una herida letal.