El expresidente de EE.UU. Donald Trump, minutos antes de que este lunes empezara la audiencia por fraude civil en su contra en la Corte Suprema del estado de Nueva York, ha declarado a los periodistas que este juicio es la "continuación de la mayor caza de brujas de todos los tiempos", añadiendo que se trata de "una estafa y una farsa".
Además, el exmandatario ha arremetido contra la fiscal general demócrata de Nueva York, Letitia James, quien el año pasado demandó al político y a la Organización Trump, acusándoles de haber inflado su patrimonio neto hasta en 2.230 millones de dólares en los estados financieros anuales presentados a varias compañías. Al hablar sobre James, el expresidente ha sostenido que la fiscal general de Nueva York usó el juicio en su contra "para postularse para gobernadora", sin embargo "fracasó en su intento".
"Prácticamente no tenía seguidores. Regresó y dijo: 'Bueno, ahora voy a por Trump otra vez'. Y esto es lo que tenemos. Es una estafa y una farsa", ha aseverado el político. En relación con las acusaciones de fraude presentadas por la fiscal general —quien pide una multa de 250 millones de dólares en daños y perjuicios— Trump ha aseverado que sus estados financieros "son fenomenales" y afirmó que "ningún banco se vio afectado, ningún banco resultó perjudicado" por sus actividades financieras.
Imperio Trump, en peligro de disolución
Este 27 de septiembre, Arthur Engoron, juez del tribunal estatal de Nueva York en Manhattan, dictaminó que el expresidente de EE.UU. Donald Trump cometió fraude durante años mientras construía su imperio inmobiliario. Concretamente, determinó que el exmandatario y su empresa engañaron a bancos, aseguradoras y otras entidades al sobrevalorar de manera masiva sus activos y exagerar su patrimonio neto en la documentación empleada para cerrar acuerdos y obtener financiación.
Asimismo, indicó que, además de jactarse de sus riquezas, Trump, su empresa y sus principales ejecutivos mintieron de forma reiterada sobre ellas en sus estados financieros anuales, beneficiándose así de condiciones de préstamo favorables y primas de seguro más bajas.
La sentencia de Engoron también ordenó cancelar los certificados de las compañías que poseen los bienes con valores inflados y, teniendo en cuenta la cantidad en multas que pide la fiscal general de Nueva York, el imperio empresarial de Trump, al finalizar el juicio, hasta podría caer en bancarrota.