EE.UU. subió este lunes el tono y advirtió que "seguirá utilizando todas las herramientas disponibles contra quienes actúan para socavar la democracia" en Guatemala, un país sumido en una grave crisis política desde la victoria electoral del socialdemócrata Bernardo Arévalo.
El último episodio fue la confiscación el pasado viernes de las actas electorales por parte del Ministerio Público, que lleva adelante una cruzada contra Arévalo y el partido con el que venció por sorpresa las elecciones, el Movimiento Semilla.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, se reunió de manera virtual con Arévalo para, según afirmó el portavoz Matthew Miller en un comunicado, ofrecerle "su apoyo para una transición política pacífica".
En su cruzada contra el resultado de las elecciones, la fiscalía allanó, por quinta vez, la sede del tribunal electoral de Guatemala e incautó cajas que contenían actas de los resultados de las elecciones, ganadas por Arévalo en segunda vuelta en agosto.
Arévalo sostiene que la polémica fiscal general del país centroamericano, Consuelo Porras, está orquestando "un golpe de estado" para evitar que él asuma la presidencia. Según el ganador de los comicios, su partido es víctima de una persecución judicial después de que la fiscalía pidiera suspender el movimiento por supuestas anomalías en su inscripción en 2017.
El mandatario electo escribió en las redes sociales que Blinken le expresó "la preocupación de su país por la situación en Guatemala".
"Intercambiamos y reiteramos nuestro compromiso para que prevalezca la democracia y se garantice el respeto al voto de las y los guatemaltecos, así como por la mutua colaboración en crear oportunidades de desarrollo para el país", agregó.
Las acciones de la fiscalía han motivado protestas en varias partes del país. Varios sectores sociales declararon un paro nacional indefinido que el lunes y este martes dejaron varios bloqueos de carreteras, según las autoridades.