El multimillonario británico Jeremy Grantham advirtió este jueves de los riesgos que podría deparar a los inversores el próximo año y señaló que nadie debería invertir en EE.UU.
Es probable que el índice S&P 500, clave para el análisis económico en EE.UU., se desplome hasta en más de 50 %, señaló el cofundador de la gestora de activos estadounidense GMO.
"Cualquier valor por debajo de 3.000 haría pensar que es razonable", indicó el gurú de las inversiones al hablar sobre el índice bursátil de referencia durante su intervención en el podcast 'Merryn Talks Money'. Hay que tener en cuenta que el S&P 500 tendría que perder casi un tercio desde su nivel actual, para situarse en los 3.000 puntos.
"No me sorprendería que llegara a 2.000 el S&P, pero eso requeriría que se cayeran un par de ruedas", manifestó Grantham. "Las ruedas tienden a caerse cuando las grandes burbujas se deshacen, pero eso no significa que tengan que hacerlo", continuó. Aun así, dijo, "es poco probable que no lleguemos a algo cercano a los 3.000 puntos en el S&P".
Al hablar de los valores bursátiles, el experto subrayó que las acciones de los llamados 'Siete Magníficos', que incluyen a empresas como Apple, Tesla y Nvidia, representaron prácticamente todas las ganancias del S&P 500 en 2023. "La simple aritmética sugiere que o tendrás un retorno sombrío para siempre, o tendrás un buen mercado bajista y luego un retorno normal", dijo Grantham.
"Es de esperar que el agradable mercado bajista tenga una caída inferior a 50 %, pero no será una cantidad mucho menor que 50 % desde el pico, en términos reales", destacó. Al mismo tiempo, el multimillonario predijo que los precios de la vivienda en Estados Unidos se desplomarán y que se producirá una recesión el próximo año.
Este verano, Grantham aseguró que el mercado de valores tiene 70 % de posibilidades de colapsar. En su opinión, el mercado ha creado una "tormenta perfecta" para burbujas, como los precios de los activos, tal y como ocurrió en el crack de 1929 y en 2000, si bien considera que la aparición de la inteligencia artificial (IA) ha retrasado el estallido.