Un enorme iceberg choca contra una isla de la Antártida habitada por pingüinos

Pese a que el iceberg no quedó encallado y pasó rápidamente por la isla de Clarence, su presencia podría haber desencadenado efectos tanto positivos como negativos en el ecosistema local y la vida salvaje.

El Laboratorio de Tierra de la NASA comunicó el pasado sábado que un enorme iceberg de casi el tamaño del estado de Rhode Island rozó recientemente el borde de la isla de Clarence, en el archipiélago antártico de las islas Shetland del Sur, conocida por ser hogar de unas 100.000 parejas reproductoras de pingüinos de barbijo ('Pygoscelis antarctica').

Se trata del iceberg tabular D-30A, que mide aproximadamente 72 kilómetros de largo por 20 de ancho. De acuerdo con el Centro Nacional del Hielo de EE.UU., el gigantesco témpano es el resultado del desprendimiento del iceberg D-30, que se formó en junio de 2021 tras la colisión entre el iceberg D-28 y la plataforma Borchgrevink.

Desde ese entonces, el D-30A se había desplazado hacia el oeste a lo largo de la costa del continente antártico. Sin embargo, en noviembre del año pasado cambió repentinamente de rumbo, dirigiéndose directamente a la isla de Clarence, que es superficialmente más pequeña que esta gran masa de hielo flotante.

Iceberg en punto de colisión

La NASA explicó que el sensor del espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS, por sus siglas en inglés), a bordo del satélite Aqua, detectó el pasado 6 de septiembre el momento en que la inmensa placa de hielo chocó contra la costa sureste de la isla antes de alejarse hacia el norte unas semanas después.

A pesar de que el iceberg no quedó encallado y pasó rápidamente por la isla de Clarence, su presencia podría haber desencadenado efectos tanto positivos como negativos en el ecosistema local y la vida silvestre. Los especialistas explicaron que una de las  repercusiones positivas sería que el agua de deshielo de los icebergs, que es particularmente rica en hierro, puede fomentar la floración de fitoplancton debido a que puede fertilizar el agua del océano.

No obstante, señalaron que el evento podría haber resultado perjudicial para la fauna de la región, como los pingüinos, si el iceberg hubiese quedado atrapado en el fondo marino que rodea las masas de tierra aisladas, ya que esto impediría que los animales salgan al mar a buscar su alimento. "El momento fue afortunado porque los barbijos que se reproducen allí aún no habían regresado a la colonia", indicó Heather Lynch, ecologista de la Universidad de Stony Brook (EE.UU.).

Asimismo, comentó que si el impacto hubiera ocurrido en el mes de diciembre, cuando los pingüinos están en la isla para reproducirse y anidar sus huevos, "podría haber sido bastante grave". Por otro lado, los expertos comentaron que la gran profundidad del fondo marino que rodea a la isla pudo haber contribuido a que el D-30A no quedara varado.

"Probablemente no se 'atascó' porque el lado oriental de la isla Clarence tiene un desnivel bastante pronunciado, con agua lo suficientemente profunda como para permitir que el iceberg lo atraviese", aseguró el profesor de la Universidad de Maryland (EE.UU.) Christopher Shuman. Por último, la NASA comunicó que el D-30A ahora parece desplazarse hacia el pasaje Drake, donde enormes icebergs se derriten en las aguas más cálidas de la zona.

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