Salieron a la luz detalles de la operación aérea realizada en la noche de este jueves por la Fuerza Aérea turca en el norte de Siria contra instalaciones del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG), fuerzas apoyadas por Washington y consideradas como terroristas por Ankara.
Según el diario turco Yeni Safak, que obtuvo acceso a fuentes de seguridad, se trató de la operación "más grande y completa hasta la fecha" contra estos grupos. En la ofensiva participaron un total de 30 aviones de combate y fueron destruidos pozos de petróleo e instalaciones de almacenamiento de crudo, cuevas, búnkeres y refugios. Se atacó un total de 30 objetivos relacionados con dichas organizaciones.
Las aeronaves fueron equipadas con misiles antirradar AGM-88 HARM, que habrían jugado un papel clave en la detección de sistemas de defensa. También fueron utilizados drones de combate y ataque Akinci. Son aparatos de última generación y con tecnología nacional que cuentan con un radar de barrido electrónico y pueden portar una amplia gama de bombas y misiles guiados.
El Ministerio de Defensa de Turquía informó recientemente que, en el marco de sus acciones en el norte de Siria, desplegó en la noche del viernes otra operación aérea contra "objetivos terroristas" en la que fueron destruidos un total de 15 instalaciones, entre cuarteles generales, refugios y almacenes.
En su comunicado, el organismo aseguró que "muchos terroristas" habían sido neutralizados" y aclaró que se habían tomado "todas las precauciones" para evitar daños a "civiles inocentes, elementos amigos, bienes históricos y culturales y al medio ambiente".
Turquía emprendió una serie de ataques aéreos en el norte de Siria contra instalaciones del PKK, que se había atribuido la autoría de una explosión en la capital turca el pasado 1 de octubre, cerca de la sede del Ministerio del Interior.