Ali Barakeh, alto dirigente de Hamás, reveló detalles del ataque lanzado contra Israel, afirmando que su grupo está preparado para librar una larga guerra, para la cual su agrupación tiene un gran arsenal de cohetes.
"Nos hemos preparado bien para esta guerra y para afrontar todos los escenarios, incluso el escenario de una guerra larga", declaró Barakeh en una entrevista con AP. "Detendremos la vida en la entidad sionista si la agresión no cesa en la Franja de Gaza", añadió.
El propósito del ataque
El alto dirigente desestimó los rumores de que el ataque de Hamás tuviera como objetivo perturbar los esfuerzos de Estados Unidos que buscaba persuadir a Arabia Saudita de normalizar las relaciones con Israel. Al mismo tiempo, señaló que fueron provocados por una "serie de acciones" tomadas por el Gobierno derechista israelí, entre ellas las visitas al sitio sagrado de Jerusalén y la creciente presión sobre los prisioneros palestinos detenidos. Además, Barakeh reveló que Israel estaría planeando asesinar a los principales líderes de Hamás.
El funcionario también señaló que un número limitado de altos comandantes en Gaza sabían de la incursión a gran escala contra Israel, ni siquiera los aliados más cercanos del grupo fueron informados con antelación sobre el momento exacto del ataque.
Además, Barakeh, negó los informes de que funcionarios de seguridad iraníes estuvieran involucrados en la planificación del ataque. Sin embargo, señaló que aliados como Irán y el movimiento libanés Hezbolá "se unirían a la lucha si Gaza fuera sometida a una guerra de aniquilación".
El destino de los rehenes capturados
Además, el vocero dijo que las decenas de israelíes capturados en las redadas se utilizarían para liberar a todos los árabes detenidos en prisiones israelíes, así como para liberar a los palestinos encarcelados en Estados Unidos.
"Los palestinos están detenidos en Estados Unidos. Pediremos su liberación", enfatizó, sin especificar detalles. En 2009, dos miembros de la Fundación Tierra Santa para el Auxilio y el Desarrollo, que anteriormente era la organización benéfica musulmana más grande de Estados Unidos, fueron sentenciados a 65 años de prisión por canalizar millones de dólares a Hamás, mientras que otros tres fueron condenados a entre 15 y 20 años de prisión por conspiración.
Un "tigre de papel"
El dirigente calificó de débil al Ejército israelí, señalando que inicialmente se esperaba que Israel evitaría o limitaría el ataque sorpresa denominado 'Inundación de Al Aqsa'.
"Nos sorprendió este enorme colapso", dijo Barakeh. "Teníamos planeado lograr algunos avances y tomar algunos prisioneros para intercambiarlos. Ese Ejército fue un tigre de papel", añadió.
Además, subrayó que hasta ahora Hamás solo ha desplegado un pequeño número de sus propias fuerzas, señalando que en las últimas batallas han participado unos 2.000 combatientes de un total de 40.000 efectivos solo en la Franja de Gaza.