La escalada del conflicto entre Israel y Hamás demuestra que "a nadie le importa lo que piense Europa", cuyas contribuciones humanitarias son "bienvenidas, pero por lo demás es ignorada", afirmó en un artículo Matthew Karnitschnig, columnista del periódico estadounidense Politico.
Según el periodista, la Unión Europea ha tenido una gran influencia debido al tamaño de su mercado, a pesar de que al bloque de 27 miembros siempre le ha resultado difícil formular una política exterior coherente, dada su diversidad de intereses nacionales. Sin embargo, apunta que esta influencia está disminuyendo en medio del declive de su economía y la incapacidad de proyectar poder militar en un momento de creciente inestabilidad global.
Karnitschnig sostiene que en lugar del "poder geopolítico" prometido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el bloque comunitario se ha convertido en un "pececillo paneuropeo" debido a sus contradicciones internas.
Así, tras el ataque de Hamás del pasado sábado, el comisario europeo de Ampliación y Vecindad, el húngaro Oliver Varhelyi, anunció que la UE suspendería "inmediatamente 691 millones de euros en ayuda a la Autoridad Palestina". Sin embargo, horas más tarde, el comisario de Gestión de Crisis, el esloveno Janez Lenarcic, declaró que la ayuda europea "continuará tanto tiempo como sea necesario". Posteriormente, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, confirmó que el bloque "tendrá que apoyar más, no menos". "En apenas 24 horas, la Comisión pasó de anunciar que suspendería toda la ayuda a los palestinos a señalar que aumentaría el flujo de fondos", resume Karnitschnig.
"Lanzar dardos con los ojos vendados"
El columnista califica de "confusa" la respuesta de la UE ante la escalada, destacando que Borrell, quien "ha sido efectivamente declarado 'persona non grata'" en Israel, criticó el "ataque bárbaro y terrorista" de Hamás y al mismo tiempo reprochó a Tel Aviv su bloqueo a Gaza.
Mientras tanto, Von der Leyen "condenó inequívocamente los ataques" y proyectó la bandera israelí en la fachada de su oficina, después de lo cual la eurodiputada irlandesa Clare Daly "cuestionó su legitimidad y le dijo que se callara".
"A mediados de semana, determinar la posición de Europa ante la crisis era como lanzar dardos con los ojos vendados", compara Karnitschnig.
La política europea hacia Irán
Asimismo, el periodista señala que Tel Aviv perdió hace tiempo la confianza en la UE debido a la política europea hacia Irán, lo cual quedó patente cuando el canciller israelí, Eli Cohen, se negó a participar el martes en una reunión de emergencia de ministros de Asuntos Exteriores de la UE organizada por Borrell en Omán.
Karnitschnig recuerda que Borrell ha intentado en repetidas ocasiones colaborar con Irán para reactivar el llamado acuerdo nuclear con las potencias mundiales. El año pasado, incluso viajó al país en un intento de retomar las negociaciones.
En resumen, el columnista califica el debate sobre la seguridad europea como "fútbol de fantasía" y señala que "siempre resultará más fácil apoyarse en Washington que lograr un consenso europeo sobre política exterior y capacidades militares". Asimismo, considera que los líderes de los miembros más grandes de la UE, Francia y Alemania, "no se están tomando en serio" la necesidad de que Europa desempeñe un papel más global.