El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha calificado al conflicto en curso entre su país y el movimiento palestino Hamás como una "guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas".
"Será una guerra poderosa, guerra mortífera, precisa y guerra que cambiará la situación para siempre", aseguró el ministro en una rueda de prensa convocada este domingo en una base militar cercana a la frontera con la Franja de Gaza. Señaló también que el objetivo es eliminar a la organización Hamás, porque se trata de una "cultura que no acepta" la existencia del Estado hebreo y, al mismo tiempo, son "humanos salvajes, bestias" que asesinaron a soldados y civiles israelíes.
"Llegaremos a todos los túneles, a cada uno de los combatientes de Hamás, y mientras no los hayamos eliminado, no daremos por terminada la misión", afirmó Gallant.
El jefe de la cartera de Defensa israelí recordó que aproximadamente 150-200 personas aún están retenidas por el movimiento palestino en la Franja de Gaza, por lo que prometió hacer "todo lo posible para localizarlos, incluso en esta gran complejidad".
Por su parte, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, dijo pocas horas antes que el Ejército de su país destruirá a Hamás.
Las hostilidades repetitivas entre Israel y el movimiento Hamás se agudizaron el 7 de octubre, cuando el territorio israelí sufrió múltiples ataques por aire y por tierra desde la Franja de Gaza. Hamás vinculó su ataque al ingreso por la fuerza, a finales de septiembre y comienzos de este mes, de una multitud de judíos ultratranacionalistas al complejo de la mezquita Al-Aqsa en la Explanada de Jerusalén, el área reservado para el culto musulmán y las visitas turísticas, según las reglas previamente establecidas. Sin embargo, las autoridades israelíes ignoraron las acciones de los judíos ultratranacionalistas.
En respuesta a los ataques de Hamás, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró el estado de guerra —por primera vez desde 1973— y comenzó "operaciones militares importantes".