El Ejército de Brasil identificó a tres militares sospechosos de robar 21 metralletas de un cuartel de Barueri, en Sao Paulo, Brasil, informa la prensa.
Según las investigaciones, el grupo habría ofrecido el arsenal al Comando Vermelho, la organización de narcotraficantes más poderosa de Río de Janeiro, y pidió 180.000 reales (más de 35.500 dólares) por cada metralleta de calibre .50, que es capaz de derribar aviones y perforar tanques.
La negociación se habría realizado con el narcotraficante William de Souza Guedes, alias Corolla, un delincuente que lidera el Complejo Manguinhos, en la Zona Norte de Río de Janeiro, y uno de los hombres de confianza de los líderes de la facción del Comando Vermelho. La policía investiga si el trato se cerró.
Soldados retenidos
En conjunto, las 13 metralletas calibre .50 y la ocho calibre 7.62 que fueron sustraídas pesan unos 500 kilos, por lo que una de las hipótesis es que no salieron de una sola vez y que el robo se llevó a cabo de manera gradual y en camiones del Ejército.
El Ejército confirmó lo ocurrido el viernes, 13 de octubre, cuatro días después de que se diese cuenta del hurto durante una inspección a su arsenal de guerra.
Los militares han estado retenidos durante una semana, con sus celulares confiscados, mientras se realiza la investigación interna. Todavía hay 160 soldados que permanecen sin salir de la unidad.
El Instituto Sou da Paz considera que se trata del "mayor desvío de armas registrado por el Ejército brasileño desde 2009"
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