Los productores de limón de una localidad del estado mexicano de Michoacán paralizaron sus labores ante extorsiones de grupos delictivos. Según los afectados, esto sucede en complicidad con las autoridades.
Hace un mes se anunció el despliegue de fuerzas estatales y federales para garantizar la seguridad de citricultores y empacadores. Pese a ello, los empresarios señalan que siguen pagando cuotas más elevadas que las anteriores.
Cada vez que uno compra limones en tianguis, mercados o tiendas de autoservicio, entre 1,5 y 2 pesos de lo que se paga se van directo al bolsillo del crimen organizado, que opera en los campos del estado de Michoacán.
Grupos delictivos, como los Viagras y los Blancos de Troya, ya cobraban una cuota por derecho de piso. Pero, en la última temporada decidieron aumentar el costo, mismo que, los productores y empacadores de limón optaron por colocar en el precio final, por lo que los consumidores absorben ese costo. En términos económicos y de acuerdo con expertos, se trata de una cifra millonaria la que el crimen organizado se está adjudicando gracias al limón mexicano.
Esta situación ocurre pese a que los productores y empacadores en Michoacán levantaron la voz ante las autoridades. Por un lado, el Gobierno acusó a los trabajadores del campo de no interponer denuncias directamente en las fiscalías, aunque por otro, envió elementos de la Guardia Nacional.
Ante ello, los afectados explicaron que la falta de denuncias no es por falta de ganas, sino por miedo a represalias. Además, acusaron que la presencia de los elementos no es más que una simulación, ya que en esencia nada resuelven, hecho que los expertos secundan.
¿Por qué el crimen organizado se interesó en el limón?
De acuerdo con especialistas, los mexicanos se rehúsan a dejar de consumirlo y están dispuestos a pagar el costo de esta fruta, aunque su incremento en el mercado sea constante, ya que es uno de los ingredientes principales que acompaña a todo tipo de platillos.