El Gobierno de Israel no autorizará el suministro de combustible a la Franja de Gaza, incluso en el caso de que Hamás libere a todos los rehenes, declaró este lunes a la CNN Mark Regev, asesor principal del primer ministro Benjamín Netanyahu.
"Por el momento, no tenemos interés en que vaya más combustible a la maquinaria militar de Hamás y no hemos autorizado combustible, hemos autorizado medicamentos, agua, alimentos, pero nada más", explicó el alto funcionario.
Preguntado sobre si una eventual liberación de los secuestrados podría traducirse en la reanudación de la entrega de combustible, Regev fue claro en la negativa. "La decisión del Gobierno es que el combustible no entre, porque será robado por Hamás y será usado por ellos para alimentar los cohetes que lanzan contra Israel para matar a nuestra gente", dijo.
En este contexto, Regev indicó que "una gran parte" del combustible que se permitió entrar a través del paso fronterizo de Rafah, ubicado en la frontera entre Gaza y Egipto, fue sustraída por milicianos del movimiento radical palestino.
Mientras, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) aseguró en su boletín diario sobre la crisis humanitaria en Gaza que "ninguna" de las cargas con ayuda que pasó a través de Rafah incluía combustible, que "necesitan de forma desesperada para abastecer hospitales e instalaciones de agua".
Por su parte, el Ministerio de Salud del enclave informó que los generadores de electricidad de los hospitales en la Franja de Gaza se quedarán sin combustible dentro de 48 horas.
En una declaración recogida por Al Jazeera, el portavoz ministerial Ashraf al-Qudra afirmó la mañana de este martes que la asistencia humanitaria proporcionada a Gaza llega lentamente y "no puede cambiar la realidad" sobre el terreno.
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