La Marina Real británica está abandonando la tradición centenaria de contratar chinos para las labores de lavandería en sus buques de guerra, por temor a que puedan espiar para Pekín, informa el diario The Sun.
Según el medio, cientos de empleados de lavandería chinos, habitualmente contratados en Hong Kong, trabajan en barcos británicos desde la década de 1930. Esta tradición comenzó como una costumbre local y evolucionó para garantizar la provisión constante de mano de obra por parte de los contratistas de la ciudad. Sin embargo, debido a que los cazadores de espías temían que Pekín pudiera usarlos para obtener secretos navales, comenzaron a reclutarse gurkas nepaleses para reemplazarlos.
En este sentido, a tres ciudadanos chinos se les prohibió trabajar en el principal portaviones de la Marina real británica, el HMS Queen Elizabeth, durante su última salida al mar de la China Meridional. Además, según The Sun, otro empleado de lavandería chino fue despedido tras 39 años de servicio porque "su familia vive en Hong Kong".
"Si se trata de una cuestión de seguridad, entonces la Armada no tiene otra opción, pero es triste porque los empleados de lavandería chinos lucharon con nosotros, algunos murieron por nosotros", dijo el exalmirante Lord West a The Sun, lamentando el fin de la tradición.
Según el medio, la decisión se tomó después de que Ken McCallum, director general del MI5, acusara a China de intentar robar información clasificada sobre submarinos nucleares británicos. Asimismo, el 17 de octubre, el funcionario denunció que China trataba de reclutar a 20.000 ciudadanos británicos para acceder a secretos industriales.
Sin embargo, el medio informa que cuatro chinos continúan trabajando para la Marina Real después de haber pasado los controles de seguridad debido a que sus familias se mudaron al Reino Unido.