El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, visitó este miércoles Acapulco, en el estado de Guerrero, para evaluar los estragos que dejó el huracán Otis, que tocó tierra siendo de categoría 5, informan medios locales.
El mandatario del país latinoamericano y los titulares de las secretarías de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, tuvieron que cruzar a pie la carretera federal México-Acapulco después de que el vehículo en el que viajaban se quedara atascado por el barro en un área rural donde hubo derrumbes.
Durante una breve entrevista concedida en la Autopista del Sol, a la altura de Tierra Colorada, López Obrador realizó la siguiente declaración: "Vamos hacia allá ahora. Vamos a dejar maquinaria, trae el Ejército comunicaciones y transportes, y vamos a buscar que se reabra lo más pronto posible un carril".
Cuando finalmente llegaron a Acapulco, el presidente mexicano encabezó una reunión con su gabinete de seguridad y las autoridades locales, entre ellas la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, para conocer la magnitud de los daños materiales ocasionados por el fenómeno meteorológico.
"Es un huracán muy fuerte, de mucha intensidad y tuvo un comportamiento atípico, esto nos lo reportaban como a las 08:00 o 09:00 de la noche [hora local] de que iba a intensificarse muy pronto, esto no pasaba en décadas en el comportamiento de un huracán", afirmó el mandatario en su rueda de prensa esa misma jornada.
De acuerdo con el último informe de la Coordinación Nacional de Protección Civil, el huracán bajó a categoría 2 y "continúa debilitándose gradualmente". De momento, no se reportan pérdidas humanas, pero sí daños materiales, tales como rupturas de caminos y derrumbes.