En respuesta a una serie de ataques contra el personal y las instalaciones de EE.UU. en Irak y Siria, el ejército estadounidense llevó a cabo ataques contra las instalaciones utilizadas por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés) y grupos afiliados al IRGC "para mando y control, almacenamiento de municiones y otros fines" en Siria, confirmó el presidente de EE.UU., Joe Biden, en una carta oficial.
Esta medida, "necesaria y proporcionada", fue adoptada "de conformidad con el derecho internacional y en ejercicio del derecho inherente de los Estados Unidos a la legítima defensa", estipulado en la Carta de las Naciones Unidas, enfatizó Biden.
Sostuvo que "dirigió" esa acción militar en correspondencia con su "responsabilidad de proteger a los ciudadanos de EE.UU. en el interior como en el exterior" y "en fomento de los intereses de seguridad nacional y política exterior" del país norteamericano.
"EE.UU. está dispuesto a tomar medidas adicionales, según sea necesario y apropiado, para hacer frente a nuevas amenazas o ataques", advirtió el presidente.
Tras el inicio de la guerra entre Israel y el movimiento radical palestino Hamás, varias de las bases de EE.UU. en Irak y Siria, que tiene unos 30.000 soldados en Oriente Próximo, fueron objeto de ataques.