La ayuda de Biden a Ucrania se retrasa por los problemas de producción militar de EE.UU.

La cuantiosa ayuda financiera de Washington destinada a suministrar armas a Ucrania y a reponer las reservas militares estadounidenses no se está transformando en nuevos empleos al ritmo deseado en el país norteamericano, y las empresas armamentísticas enfrentan dificultades para incrementar la producción, informó NBC el sábado pasado.

Transcurrido un año y medio desde el comienzo de la operación especial militar, los productores de armas se ven en aprietos para encontrar trabajadores, simplificar las cadenas de suministros y reactivar líneas de producción inactivas. En cuanto a la contratación de nuevo personal, subrayan los expertos, el mayor obstáculo es encontrar a trabajadores cualificados a los que se les pueda confiar el acceso a información secreta y que estén dispuestos a trasladarse a las zonas remotas donde están situadas las fábricas.

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Y, pese a que la industria ya observa signos de desestancamiento, los analistas indican que deben pasar unos años antes de que se noten cambios significativos. "Hace falta tiempo para que crezca [el sector de la defensa]", afirmó la directora del Grupo de Iniciativas Industriales y de Defensa del Centro de Estudios Estratégicos, Cynthia Cook. "La base industrial está incentivada para ser lo más eficiente posible, lo que significa que no hay mucha holgura de fabricación en el sistema, y eso dificulta el crecimiento", agregó.

En total, Washington ha proporcionado a Ucrania más de 44.500 millones de dólares en asistencia militar durante toda la Administración de Joe Biden, de los que 43.900 millones fueron entregados a partir del 24 de febrero de 2022. De acuerdo con NBC, la mayor parte de este dinero está destinada a reponer reservas de municiones, armas y equipos estadounidenses.

Por su parte, los principales contratistas de defensa del país, como Lockheed Martin, General Dynamics y Raytheon Technologies Corporation, han presentado mejores resultados de lo esperado en los últimos días, y ahora sus directivos esperan que tanto el conflicto en Ucrania como la guerra entre Israel y Hamás impulsen la demanda a corto plazo.