La violencia que nunca llegó: las tres lecciones que deja la jornada electoral en Colombia
Si bien el mapa de Colombia no se tiñó con los colores del gobernante Pacto Histórico, los comicios regionales en el país suramericano reflejaron otro tipo de victoria que le pertenece más al pueblo que a un partido político.
Y es que por primera vez en décadas, los casi 13.000 centros de votación abrieron a la hora establecida el pasado domingo, cuando casi 39 millones de colombianos estaban llamados a las urnas. Las mínimas excepciones ocurrieron en cinco puestos donde se retrasó la apertura por situaciones climáticas, que posteriormente fueron solventadas.
Lo inédito en este proceso, donde se eligieron 20.137 cargos por votación popular, es que no hubo acciones por parte de los grupos armados y las organizaciones criminales para obstaculizar su normal desenvolvimiento, a pesar de las advertencias hechas por organismos como la Defensoría del Pueblo y la propia Registraduría Nacional de la existencia de por lo menos 300 municipios con alto riesgo electoral.
Los apocalípticos hechos de violencia que se pronosticaban desde instituciones y medios nunca ocurrieron. Aunque estos comicios no fueron un plebiscito de las políticas impulsadas por el presidente Gustavo Petro, se impuso la 'paz total' que hasta ahora se va forjando –entre los retos y dificultades propias de los procesos de diálogo– con los grupos armados, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y algunas bandas criminales.
Aunque el partido que llevó a Petro a la presidencia obtuvo dos de las 32 gobernaciones en disputa, representadas por Amazonas y Nariño –más el triunfo de un gobernador electo que es aliado en Magdalena–, la medición cualitativa que corresponde refleja unos comicios en los que las pocas alteraciones del orden fueron causadas por los propios votantes descontentos y no por grupos armados.
Colombianos votaron "en paz"
El Pacto Histórico no quedó retratado en las principales alcaldías del país, representadas por las ciudades de Bogotá, Barranquilla (Atlántico), Bucaramanga (Santander), Cali (Valle del Cauca), Cartagena (Bolívar) y Medellín (Antioquia), ni en las gobernaciones de esos departamentos.
Al respecto, el mandatario en un mensaje a la nación afirmó que "sin importar los resultados", los colombianos pudieron votar "en paz" y "pensando en el porvenir del país, sin que predomine el miedo a la muerte".
En su reporte detalló que no hubo fallas eléctricas, ataques a la infraestructura eléctrica, muertos, heridos ni enfrentamientos armados.
"Hoy hubo un día de paz en Colombia", ratificó.
Destacó la capacidad de acción y prevención de la fuerza pública y los avances en las negociaciones abiertas hasta el momento, que "garantizaron en el territorio nacional una jornada tranquila y donde los colombianos de zonas rurales y apartadas pudieron salir a votar sin la amenaza de organizaciones armadas o grupos delincuenciales".
"Esto nunca más puede volver a pasar"
Petro se refirió a los hechos puntuales que alteraron la tranquilidad del proceso y que se presentaron un día antes de las elecciones en la Registraduría del municipio de Gamarra (Cesar), donde murió calcinada Duperly Arévalo Carrascal, luego de que un grupo de personas incendiara esa instalaciones en protesta por la inhabilitación de un candidato.
"Esto nunca más puede volver a pasar", aseveró y agregó: "Como rechazo a este hecho, en Gamarra ganó el voto en blanco".
El presidente colombiano afirmó que "la lucha política no puede exacerbar odios", como ya ha ocurrido en décadas signadas por la violencia partidista en el país suramericano.
"Debemos llegar al punto de poder discutir, plantear diferencias y desacuerdos y que el conflicto no se tramite a través de la eliminación del contrario", pidió.
En su mensaje también se refirió a la repetición de los comicios en los municipios Ricaurte (Nariño) y Santiago (Putumayo) debido a que en el primero hubo un enfrentamiento entre votantes y en el segundo se presentaron desórdenes y destrucción de material electoral.
Denuncias por compra de votos
Adelantó que en la jornada se recibieron más de 8.850 quejas ciudadanas "por conductas inapropiadas y presuntos delitos electorales durante las votaciones" y destacó su directriz de otorgar recompensas a quienes denunciaran la compra de votos con pruebas e información verificable.
Según manifestó, hubo 92 personas capturadas, se incautaron 1.112 millones de pesos (unos 272.000 dólares) y 13.700 euros provenientes de supuesta compra de votos, lo que significa un aumento en 258 % en el dinero recuperado, si se compara con las regionales de 2019.
Finalmente, aseveró que aunque las nuevas autoridades regionales y locales no son en su gran mayoría de su partido político, trabajará con ellos "para articular sus propuestas de campaña" y "construir en común un país que combata la corrupción, la injusticia y le haga frente a la crisis del cambio climático".
¿Qué le pasó al Pacto Histórico?
En una rueda de prensa conjunta, la senadora María José Pizarro y el miembro de la Cámara de Representantes, David Racero, analizaron los resultados obtenidos por la coalición a la que pertenecen.
Al reflexionar sobre las causas para que los números no favorecieran a ese partido dijo que en las regiones hubo "dispersión". Por ello, llamó a las filas y la dirigencia a la unidad para "consolidar un frente democrático por la paz y por la igualdad territorial".
"No es por el camino de la división que vamos a consolidar los logros", expresó.
Aseguró que en la grandes ciudades donde perdió el partido gobernante se percibió un "aumento exponencial de las coaliciones y las maquinarias de la política tradicional agrupada en otros nombres".
"Ganaron las maquinarias y vencerlas es sumamente difícil", agregó y explicó que el Pacto Histórico, que proviene de la izquierda, fue una fuerza "prácticamente exterminada" en Colombia que se encuentra recomponiéndose y tratando de reconstruir sus liderazgos.
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