Alrededor de 200 lobos robóticos con brillantes y asustadizos ojos rojos de luz LED, y emisores de sonidos aterradores para ahuyentar a depredadores salvajes, sobre todo osos, se han instalado en Japón a partir del 2018, cuando surgió la primera versión de la bestia mecánica.
Mientras el país lidia con las consecuencias de la disminución de los depredadores naturales, como los lobos japoneses que fueron víctimas de la caza hace un siglo, la nación se enfrenta a una creciente invasión de animales como ciervos, jabalíes, monos y osos en los territorios donde habitan los ciudadanos.
Los ciervos y los jabalíes, en particular, pueden causar estragos en los productos agrícolas, mientras que los encuentros entre humanos y monos u osos pueden derivar en enfrentamientos peligrosos.
Se han desplegado alrededor de unos 180 lobos artificiales en todo el país y la medida ha resultado eficaz.
"Hasta la fecha, nadie ha puesto en duda su eficacia ni hemos tenido que afrontar devoluciones por insatisfacción", comentó Yuji Ohta, portavoz de Ohta Seiki, el fabricante de los lobos espanta animales, a la cadena australiana ABC News.
El robot consiste en un cuerpo peludo de cuatro patas, una melena canosa y ojos rojos brillantes y feroces. Posee detectores de movimiento, que cuando se activan, el lobo mueve su cabeza y emite sonidos diferentes como de disparos, aullidos y ladridos de perros.
El diseño del robot ha provocado algunas críticas leves y risas por parte de los japoneses, pero parece lo suficientemente convincente como para ahuyentar a los animales, y al mismo tiempo, "conserva un elemento de artificialidad teatral para garantizar que la gente no se deje engañar", añadió Yuji Ohta.