La futbolista española Jenni Hermoso ha declarado en una entrevista para la revista GQ, publicada este lunes, que recibió amenazas después del escándalo mundial provocado por el beso en la boca no consentido por parte del expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, a la jugadora el pasado 20 de agosto en la ceremonia de premiación del Mundial femenino.
"He tenido que asumir las consecuencias de un acto que no provoqué, que no había elegido ni premeditado. He llegado a recibir amenazas, y eso es algo a lo que no te acostumbras nunca", afirmó Hermoso en su primera entrevista después del incidente, que terminó con la suspensión por tres años de Rubiales de la FIFA.
En la entrevista, realizada un día después desde que Hermoso volviera a la selección española, al ser convocada para representar a su país en la Liga de Naciones, la jugadora confesó que las últimas semanas habían sido "muy difíciles".
"El tener que contarlo todo una y otra vez me estaba haciendo mucho daño. Pero sé que lo tenía que soltar de alguna manera. Sigo trabajando en ello con la ayuda de mi psicóloga", afirmó Hermoso, añadiendo que ahora se siente "fuerte" y no ha "perdido la ilusión", refiriéndose a que no se plantea dejar de jugar al fútbol.
Asimismo, Hermoso se refirió al movimiento #SeAcabó, iniciado a raíz del episodio del beso no consentido, que ha erigido a la jugadora española como el rostro de la revolución en el fútbol y referente feminista en los últimos meses. "El movimiento #SeAcabó debe traer una nueva era", aseguró.
"Por suerte o por desgracia, está esta historia, pero voy a aprender a aprovecharla positivamente para pelear por lo que creo que es bueno para la sociedad", agregó la delantera de 33 años, asegurando que, aunque en estos dos meses se ha "ido un poco del camino del fútbol", incluso llegando a olvidar que era futbolista, espera volver para dar "la mejor versión" de sí misma.