El presidente colombiano, Gustavo Petro, consideró este martes que posiblemente "fue prematuro" el proceso de negociación política que emprendió su Gobierno con el Estado Mayor Central (EMC), una de las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dado el modelo de desmovilización que se adoptó en la población de El Plateado (departamento del Cauca), bastión del grupo insurgente.
"Decidimos una operación armada contra esa fuerza, conquistamos las cumbres, las posiciones dominantes, retiramos de esas posiciones estratégicas al Estado Mayor Central y vino una negociación política, quizá prematura, en mi opinión, porque se les propuso que en lugar de entrar a El Poblado disparando, que lo abandonaran y que entráramos a transformar todo el cañón de Micay en una economía lícita a través de la acción del Estado colombiano", relató el mandatario en un acto con la Policía Nacional.
En sus reflexiones aludió a las causas de la transformación del cañón de Micay –donde, dijo, se produce más del 75 % de las hojas de coca del Cauca–, "en una especie (…) de modelo piloto, en el que se podía resolver la paz o desencadenar la violencia", porque tras los acuerdos de paz suscritos entre una fracción significativa de las FARC y el Gobierno del entonces presidente, Juan Manuel Santos, el territorio fue abandonado por el Estado colombiano y ocupado por organizaciones armadas.
"Sin un solo disparo entraron allí los nuevos grupos al margen de la ley, se mataron entre ellos, mataban a los líderes sociales que por alguna u otra razón convivían con uno o con otro, por sospecha a veces, por miedo. Y el cañón de Micay se volvió un fortín de la economía ilícita, con un cuerpo armado defendiéndolo", indicó, en referencia a las actividades desarrolladas por el EMC en esa zona.
El futuro de las negociaciones
Aunque Petro no avanzó comentarios sobre el futuro de las conversaciones de paz con el EMC –suspendidas unilateralmente por la organización insurgente–, sí valoró positivamente la decisión de prescindir del uso de la fuerza para desplazar al grupo armado. "Si eso lo logramos, porque estamos en este momento, yo creo que las posibilidades de paz se abren en Colombia", sostuvo.
Empero, puso nuevamente sobre la mesa la necesidad de que el EMC y otros grupos que participan en economías ilícitas tomen una decisión sobre el camino que seguirán, pues en este momento del conflicto interno ya no se trata de guerrilleros que se oponen al Estado por razones ideológicas sino de "traquetos" (narcotraficantes).
"Tienen aún la posibilidad de escoger si el camino es Camilo Torres Restrepo, el sacerdote que fundó la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional, o es el de Pablo Escobar", advirtió.
En la misma línea, se refirió a los hallazgos de la investigación periodística 'Narcofiles', que dan cuenta de la transformación del mercado global de la cocaína, donde Colombia ha perdido la supremacía en favor de trasnacionales cuyos tentáculos se extienden por los cinco continentes.
"Colombia se queda con lo peor: sobreexplotación de los campesinos, que no reciben ni una mínima parte de lo que vale esa cocaína en los EE.UU., en Europa (...) se queda con los cuerpos armados, se queda con la violencia, se queda con los muertos, pero no se queda con la riqueza", completó.
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