El oficialista Agustín Rossi y la ultraderechista Victoria Villarruel, candidatos a la vicepresidencia de Argentina, se enfrentaron en un áspero debate televisivo que evidenció el creciente clima de tensión política que hay en el país, a 10 días de la segunda vuelta.
Los aspirantes intercambiaron acusaciones de violencia, pero Villarruel, compañera de fórmula de Javier Milei (La Libertad Avanza), se destacó por reiterar su defensa de los represores que cometieron crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983) y por negar el número de desaparecidos.
De hecho, no descartó su apoyo a una posible liberación de genocidas condenados por crímenes como secuestros, torturas, asesinatos, robo de niños y desapariciones masivas.
Villarruel también sorprendió al explicar que el polémico proyecto de dolarización propuesto por Milei pretende utilizar los ahorros de la ciudadanía, algo que no había revelado hasta ahora.
Rossi, quien acompaña al ministro de Economía y candidato peronista Sergio Massa (Frente de Todos), centró su discurso en la defensa de los derechos humanos y el pacto democrático que Argentina construyó desde que terminó la dictadura, en contraste el negacionismo ejercido por Milei y Villarruel.
El debate vicepresidencial se llevó a cabo en el canal Todo Noticias, como un anticipo del encuentro que Massa y Milei sostendrán el domingo, justo una semana antes de unas elecciones en las que las encuestas anticipan un empate técnico.
"Todo lo que vas a escuchar de Agustín Rossi es mentira, simplemente lo podrían haber realizado en los últimos cuatro años", acusó Villarruel en su primera intervención, previendo el tono que tendría a lo largo de un debate en la que interrumpió de manera permanente a su rival.
Rossi, por su parte, repudió que la campaña de Milei use una motosierra como símbolo y se promueva la libre circulación de armas, la venta de órganos y la ruptura de relaciones con El Vaticano.
Cruces
Villarruel contraatacó recordando los altos niveles de pobreza que hay en el país, que superan el 40 %, y que deja el Gobierno del presidente Alberto Fernández con Massa como ministro de Economía.
Además, confirmó que ni ella ni Milei apoyan la agenda 2030 de Naciones Unidas, que establece metas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo, porque no creen en la defensa del medio ambiente sino en el derecho a la propiedad privada.
A sabiendas de que su flanco débil son los derechos humanos, Rossi recordó los ataques de Milei y Villarruel al fallecido expresidente Raúl Alfonsín, conocido en Argentina como el "padre de la democracia".
"Es notable la falta de respeto (hacia Alfonsín), tenés el mismo discurso de los militares y Milei el mismo discurso que (el dictador Emilio) Massera", dijo al asegurar que, con su insistente defensa de la dictadura, Villarruel rompió el pacto democrático que todas las fuerzas políticas construyeron en los últimos 40 años.
La candidata respondió reafirmando su defensa de los represores y minimizando el saldo de las víctimas. "El pacto democrático del que hablás no incluye a todos los argentinos. Hay víctimas de (las guerrillas) Montoneros y del ERP (…) No fueron 30.000 (desaparecidos)", insistió.
Rossi entonces le preguntó si quería o no la libertad de los genocidas, pero ella se negó a responder.
Es la estrategia que ha usado durante toda la campaña para evitar que una respuesta positiva afecte su intención de votos, aunque se ha demostrado su participación en las marchas que defienden la impunidad de los represores.
Con respecto a la dolarización, Rossi recordó que existe solamente en tres países del mundo: Zimbabue, El Salvador y Ecuador. "¿Por qué insisten con esto?", cuestionó.
"La realidad es que los argentinos ahorran en dólares, y Argentina es el tercer país poseedor de cantidad de dólares físicos en todo el mundo, vamos a crear las condiciones de confiablidad que claramente no creó tu gobierno para que los argentinos decidan utilizar sus dólares en nuestro país", respondió Villarruel.
De esta forma Villarruel desmintió a Milei, quien había asegurado que no usaría los ahorros de la ciudadania y que ya tenía ofertas de préstamos internacionales para llevar a cabo su programa de dolarización.