La organización jurídica sin ánimo de lucro estadounidense Centro de Derechos Constitucionales presentó en nombre de varias organizaciones y personas palestinas una demanda este lunes contra el presidente de EE.UU., Joe Biden, y los secretarios de Estado, Antony Blinken, y de Defensa, Lloyd Austin, por no impedir el "genocidio" en la Franja de Gaza y, aún más, participar en él.
Los demandantes piden al tribunal que prohíba a los altos funcionarios prestar apoyo financiero y diplomático a Israel, así como suministrarle armas, ya que tales acciones contribuyen al "genocidio" de los civiles palestinos, lo que viola el derecho internacional. Además, la denuncia recalca que pese a que Washington tiene influencia sobre Tel Aviv, no ha cumplido con su deber legal de prevenir ese "genocidio".
"EE.UU. tiene que detener este genocidio"
William A. Schabas, experto en derecho internacional y humanitario, completó la denuncia con una exposición de motivos en la que apunta que en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (firmada por EE.UU. en 1988), acciones como el asedio completo de Gaza por parte de Israel, que priva al enclave palestino de agua, alimentos y electricidad, y los intensos bombardeos, incluso contra viviendas y hospitales, figuran como indicios de "genocidio". Según el experto, esto reafirma el incumplimiento de la obligación legal de EE.UU. de prevenir tales crímenes.
"Para ser sincero, es difícil volver a vivir todas las escenas de las últimas semanas. Me abren una puerta al infierno cuando las recuerdo", declaró Omar al Najjar, médico de 24 años del hospital Nasser, situado en la ciudad gazatí de Jan Yunis, y uno de los demandantes en el caso.
"He perdido a cinco familiares, he tratado a demasiados niños que son los únicos supervivientes de sus familias, he recibido los cadáveres de mis compañeros estudiantes de medicina y sus familias, y he visto cómo el hospital se convertía en un refugio para decenas de miles de personas mientras todos nos quedábamos sin combustible, electricidad, alimentos y agua. Estados Unidos tiene que detener este genocidio. Todo el mundo tiene que detenerlo", reclamó el doctor.
El ataque de Hamás no justifica la respuesta de Israel
Asimismo, en la solicitud se enfatiza que la brutalidad del ataque realizado por el movimiento Hamás el 7 de octubre, que, según las estimaciones, resultó en 1.200 muertos en Israel, incluyendo civiles, y 240 secuestrados, no puede justificar jurídicamente la respuesta de Tel Aviv, que no solo afecta a los combatientes del grupo, sino a población civil inocente.
"Durante las últimas cinco semanas, el presidente Biden y los secretarios Blinken y Austin se han mantenido hombro con hombro con un gobierno israelí que ha dejado clara su intención de destruir a la población palestina de Gaza", expresó Katherine Gallagher, abogada principal del Centro de Derechos Constitucionales que participa en el procedimiento.
"Mientras un barrio tras otro, un hospital tras otro y refugios de palestinos desplazados eran bombardeados, sometidos a un asedio total y a un bloqueo que niega a 2,2 millones de personas las necesidades básicas para vivir, han seguido prestando apoyo militar y político a la campaña genocida de Israel, sin imponer ninguna línea roja", criticó.
Consecuencias para la población palestina
La OMS denuncia que en los últimos 36 días se han registrado al menos 137 ataques contra instalaciones médicas en Gaza, que dejaron 521 muertos y 686 heridos, entre ellos 16 muertos y 38 heridos entre el personal sanitario. Desde el comienzo de la campaña militar israelí contra la Franja de Gaza, 11.180 personas han muerto, entre ellos 4.609 niños y 3.100 mujeres.
Anteriormente, el subsecretario general y director de la Oficina Regional para los Estados Árabes en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Abdallah al Dardari, declaró que el 50 % de las viviendas en la Franja de Gaza fueron destruidas en solo un mes, desde la última escalada del conflicto palestino-israelí, advirtiendo que tal situación provocará un desplazamiento "eterno" en la zona, acompañado por consecuencias humanitarias, económicas, de desarrollo y seguridad.
"Hemos perdido a mucha gente, pero todavía hay muchos más que viven, y les debemos el hacer todo lo posible para detener este genocidio", subrayó Mohammad Herzallah, uno de los demandantes, que tiene familia en Gaza. "He hecho todo lo que estaba en mi mano: he participado en protestas, sentadas, he escrito cartas a mis representantes, desobediencia civil. Ahora pido a los tribunales que pongan fin a este genocidio en curso", concluyó.
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