Después de dos trimestres consecutivos de crecimiento, la economía japonesa cayó en una contracción en el período de julio a septiembre, informó este miércoles Reuters citando datos oficiales del Gobierno. Luego de una expansión del 4,5 % en el segundo trimestre, el producto interno bruto (PIB) de la tercera economía más grande del mundo se contrajo un 2,1 % en el siguiente, una caída mucho mayor que la disminución anualizada del 0,6% que se había pronosticado.
Las causas
Los datos oficiales señalan que el bajo consumo en los hogares en medio de una creciente inflación y las exportaciones particularmente débiles a causa de la desaceleración de la demanda global, han complicado los esfuerzos del Banco Central para eliminar gradualmente su masivo estímulo monetario. Si bien una moneda débil ha dado a los grandes exportadores ganancias inesperadas, los salarios no han aumentado a una velocidad suficiente como para compensar el aumento constante de la inflación.
"El débil crecimiento y el espectro de una desaceleración de la inflación podrían retrasar la salida del BOJ [Banco de Japón] de las tasas de interés negativas", comentó Takeshi Minami, economista jefe del Instituto de Investigación Norinchukin.
Un país en riesgo
"La decepcionante lectura del tercer trimestre sirve como un aleccionador recordatorio de que el país aún no está fuera de peligro", dijo Stefan Angrick, economista senior de la empresa consultora Moody's Analytics. "Dada la ausencia de un motor de crecimiento, no me sorprendería que la economía japonesa se contrajera nuevamente en el trimestre actual. No se puede descartar el riesgo de que Japón caiga en recesión", agregó Minami.
Angrick explicó que, en el segundo trimestre, las exportaciones netas tuvieron un aumento respaldado por los envíos de automóviles y el turismo. Su aporte ayudó a impulsar el crecimiento. "Ahora que la recuperación de las exportaciones ha llegado a su fin, esa debilidad está volviendo a estar en primer plano", advirtió Angrick.