Astrobiólogas de la Universidad Cornell (EE.UU.) afirman que los telescopios podrían detectar mejor las posibles firmas químicas de vida en la atmósfera de un exoplaneta similar a la Tierra si este planeta se encontrara en las mismas condiciones de cuando la Tierra primitiva estuvo habitada por los dinosaurios.
Si se descubre que un planeta habitable que orbita otra estrella tiene una atmósfera con un 30 % de oxígeno, la vida allí podría no limitarse a microbios, sino que podría incluir criaturas tan grandes y variadas como los dinosaurios. "Si están ahí afuera", este análisis "permite determinar dónde podrían estar viviendo", subraya una de las autoras de la investigación, Rebecca Payne.
Una huella luminosa
Su análisis del eón Fanerozoico (los últimos 540 millones de años de evolución de la Tierra) reveló que la "huella digital luminosa" de las condiciones que en nuestro planeta permitieron a los dinosaurios florecer proporciona una pieza crucial que falta en la búsqueda de signos de vida en los exoplanetas.
"La huella luminosa de la Tierra moderna ha sido nuestra plantilla para identificar planetas potencialmente habitables, pero hubo un tiempo en el que esta huella era aún más pronunciada, mejor para mostrar signos de vida", señaló la líder del estudio, Lisa Kaltenegger. "Esto nos da la esperanza de que podría ser un poco más fácil encontrar señales de vida –incluso vida grande y compleja– en otras partes del cosmos", agrega.
Las biofirmas claves
Payne dirigió los nuevos modelos que simularon los espectros de transmisión, o "huella digital de la luz", generados por una atmósfera planetaria que absorbe solo algunos colores de la luz de las estrellas. Esta información es utilizada para determinar la composición química de la atmósfera. Los investigadores simularon la composición atmosférica de la Tierra y los espectros de transmisión resultantes en cinco periodos de 100 millones de años del Fanerozoico.
La presencia conjunta de oxígeno y metano, así como el par ozono y metano, resultaron dos pares de firmas clave para constatar indicios de vida en modelos de la Tierra de hace aproximadamente entre 100 y 300 millones de años, cuando los niveles de oxígeno eran significativamente más altos. Esta fue una época crítica que incluye los orígenes de las plantas terrestres, los animales y los dinosaurios.
La "ventana de fuego" del carbón
Durante la mayor parte de los últimos 400 millones de años, el oxígeno atmosférico osciló entre el 16 % y el 35 % antes de estabilizarse en el nivel actual del 21 %. Estos niveles de oxígeno se consideran la "ventana de fuego" del carbón, pues con menos concentración los incendios no podrían encenderse y por encima de este máximo no podrían extinguirse.
Se cree que su pico, estimado en alrededor del 30 % hace unos 300 millones de años, hizo posible la aparición de criaturas grandes como los dinosaurios, que vivieron hace aproximadamente entre 245 millones a 66 millones de años. "El Fanerozoico es solo el 12 % más reciente de la historia de la Tierra, pero abarca casi todo el tiempo en el que la vida era más compleja que los microbios y las esponjas", expone Payne. "Estas huellas 'dactilares' ligeras son lo que buscarías en otros lugares si estuvieras buscando algo más avanzado que un organismo unicelular".
La pieza que falta en el rompecabezas
Independientemente de que en los exoplanetas la vida no tiene que evolucionar como aquí, en la Tierra, Payne y Kaltenegger consideran que sus modelos completan la pieza que falta en el rompecabezas sobre cómo se vería una Tierra fanerozoica desde un telescopio. Sus resultados se han publicado, recientemente, en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Hasta la fecha ya se han descubierto unos 40 exoplanetas rocosos en zonas habitables donde podrían existir océanos, afirmó Kaltenegger. Analizar la atmósfera de un exoplaneta está al límite de la capacidad técnica del Telescopio Espacial James Webb de la NASA, pero ahora es una posibilidad, aseguran.