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"El país puede dividirse en diferentes partes": ¿por qué se ha recrudecido el conflicto en Myanmar?

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Según la ONU, unos 300.000 habitantes de ese país han sido desplazados de sus hogares desde que comenzó el conflicto, que ha dejado 187 civiles muertos y 246 heridos. La creciente inestabilidad y las masivas migraciones empiezan a preocupar a las naciones fronterizas.
"El país puede dividirse en diferentes partes": ¿por qué se ha recrudecido el conflicto en Myanmar?

En Myanmar se ha recrudecido el conflicto entre el Gobierno militar, que llegó al poder en 2021 tras un golpe de Estado, y la oposición. El 27 de octubre, la Alianza de la Triple Hermandad, formada por tres grupos étnicos armados, lanzó la ofensiva 'Operación 1027' contra los territorios controlados por el Gobierno en el norte del estado de Shan. Los combates se extendieron rápidamente a otras partes del país y desplazaron a un gran número de civiles.

El Ejército ha sido históricamente un elemento importante del sistema político de Myanmar, pero su posición se ha debilitado gravemente en los dos últimos años, amenazando no solo la integridad territorial del país, sino también toda la estabilidad regional. 

¿Por qué empezaron los enfrentamientos?

Desde el derrocamiento de la consejera de Estado, Aung San Suu Kyi, el 1 de febrero de 2021, las Fuerzas Armadas birmanas han luchado con una coalición cada vez más amplia de organizaciones étnicas armadas de larga tradición, así como con el Gobierno de Unidad Nacional y su brazo armado, las Fuerzas de Defensa del Pueblo (PDF, por sus siglas en inglés).

Otra fuerza armada, la Alianza de la Triple Hermandad comprende tres grupos étnicos a la vez: el Ejército Arakan (AA), el Ejército de Liberación Nacional Ta'ang (TNLA) y el Ejército de la Alianza Nacional Democrática de Myanmar (MNDAA). En los últimos años, todos ellos se han convertido en una seria amenaza para el Ejército nacional. Tanto el MNDAA como el TNLA llevan mucho tiempo intentando establecer el control territorial en diversas partes del norte del país. Esas fuerzas aprovechaban que los militares estaban ocupados combatiendo en otras regiones y llevaban a cabo atentados.

El MNDAA está formado por miembros de la etnia kokang —minoría china han—, que solían controlar un enclave en la frontera china conocido como Zona de Autogobierno Kokang y su capital, Laukkaing, centro de juegos no regulados y otras industrias ilegales.

En cuanto al TNLA, el grupo pretende consolidar su control en una región autónoma de etnia Ta'ang (Palaung). También quiere conectar este territorio con la frontera china por razones tanto estratégicas como económicas. La zona en la que se centra es adyacente al distrito de Kokang que el MNDAA quiere recuperar. Los intereses de ambos grupos coinciden.

El Ejército Arakán, por su parte, no tiene intereses territoriales en el estado de Shan y desempeña, más bien, un papel de apoyo en la operación. No obstante, la participación en la Alianza de las Tres Hermandades es importante para el grupo. Sus dirigentes operan desde las tierras cercanas controladas por los rebeldes en la frontera con China; también obtienen la mayor parte de sus armas de esa región y tienen intereses económicos vitales allí.

Una alianza ha lanzado ataques coordinados contra el Ejército nacional en todo el norte del país. La ofensiva rebelde tuvo lugar en ciudades como Lashio, Kyaukme, Naungcho, Chinshwehau y Laukkaing. Los ataques de la Alianza de la Triple Hermandad en el norte de Shan han supuesto un duro golpe para las Fuerzas Armadas. Algunas unidades han perdido gran cantidad de armamento al apoderarse el enemigo de tanques, vehículos blindados de transporte de tropas, lanzacohetes múltiples, obuses, camiones y ametralladoras antiaéreas de gran calibre.

Expansión de las hostilidades

Posteriormente, los combates se extendieron al sur del país. El 7 de noviembre, la Fuerza de Defensa de las Nacionalidades Karenni (KNDF, por sus siglas en inglés) junto con el Frente Nacional de Liberación Popular Karenni (KNPLF, por sus siglas en inglés), el Ejército Karenni (KA, por sus siglas en inglés) y la PDF lanzaron la denominada 'Operación 1107', atacando primero las instalaciones militares de Myanmar en el sur del estado de Kayah y después, el 11 de noviembre, la capital de esa jurisdicción, Loikaw.

La situación para el régimen ha pasado rápidamente de ser un problema preocupante en una parte del país a una amenaza en varios frentes, que constituye el mayor desafío en el campo de batalla al que se ha enfrentado desde febrero de 2021. El 9 de noviembre, el presidente en funciones de Myanmar, Myint Swe, advirtió que los avances logrados este mes por una alianza de grupos étnicos armados amenazaban con dividir el país, lo que supone el primer reconocimiento por parte del régimen militar del desafío al que se enfrenta. "Si el Gobierno no hace frente con eficacia a los incidentes en la región fronteriza, el país se dividirá en diferentes partes", declaró Myint Swe en una reunión del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad celebrada en la capital, Naipyidó.

También el 14 de noviembre, el Ejército Arakan lanzó una ofensiva en el estado de Rakhine, poniendo fin al alto el fuego alcanzado hace un año por motivos humanitarios. Los insurgentes han tomado el control de la ciudad de Pauktau, a 25 kilómetros de la capital del estado, Sittwe. Las fuerzas gubernamentales respondieron con ataques aéreos y navales.

Según la ONU, unos 300.000 habitantes de Myanmar han sido desplazados de sus hogares desde que comenzó el conflicto, que ha dejado 187 civiles muertos y 246 heridos. La creciente inestabilidad en el país, así como las migraciones masivas de personas, empiezan a preocupar a las naciones fronterizas.

¿Cuál es el peligro del conflicto para Myanmar y la región?

Los conflictos civiles en Myanmar siempre han preocupado a China, ya que ambos países comparten una larga frontera. Con el lanzamiento de la 'Operación 1027' y el aumento de los combates en las zonas fronterizas, Pekín se ha hecho más eco de lo que ocurre en el país. El Gobierno chino ha pedido varias veces al régimen militar que asegure la frontera, y ha instado a todas las partes implicadas a que cesen el fuego y resuelvan sus diferencias mediante el diálogo y la negociación para evitar una escalada de la situación. 

La escalada del conflicto también afecta a los intereses económicos de China. Los grupos rebeldes han tomado el control de la ciudad de Chinshwekhaw, fronteriza con la provincia china de Yunnan, clave en el flujo comercial entre ambos países. Según los medios de comunicación, más de una cuarta parte de los 1.800 millones de dólares del comercio fronterizo de Myanmar con China pasó por Chinshwekhaw entre abril y septiembre. La Alianza de las Tres Hermandades también ha tomado el control de tramos de dos autopistas que unen a ambas naciones a través del norte del estado de Shan, provocando una interrupción del comercio transfronterizo.

Según Dmitri Mosyakov, director del Centro para el Estudio del Sudeste Asiático, Australia y Oceanía y miembro del Consejo Académico del Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias, la destrucción del Ejército nacional significaría una catástrofe para la estatalidad de Myanmar. "Esto podría socavar la estabilidad y la relativa prosperidad de toda la región del sudeste asiático en general", opina Mosyakov.

Al mismo tiempo, los expertos de The Diplomat señalan la debilidad del Gobierno clandestino de la Unidad Nacional. Consideran que no puede controlar a sus propias Fuerzas de Defensa Popular ni a los ejércitos étnicos. Esto hace probable un escenario en el que, si los militares son derrotados y el enemigo común deja de existir, pueden resurgir las contradicciones y los conflictos entre los grupos étnicos.

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