El jefe de logística europea de la OTAN, el teniente general Alexander Sollfrank, ha instado a las naciones del continente a establecer una 'zona militar Schengen' que permita el rápido movimiento de tropas, equipos y municiones en caso de que estalle una guerra con Rusia, según declaró a Reuters en una entrevista publicada este jueves.
"Nos estamos quedando sin tiempo. Lo que no hagamos en tiempos de paz no estará listo en caso de crisis o de guerra", sostiene Sollfrank, que encabeza el Mando Conjunto de Habilitación y Apoyo de la OTAN (JSEC, por sus siglas en inglés), una instalación en la ciudad alemana de Ulm que coordina el movimiento de tropas y de equipo militar del bloque en todo el continente europeo.
Sollfrank asegura que, aunque el JSEC se creó en 2021, su labor sigue viéndose frustrada por las normativas nacionales, ya que el transporte de munición a través de las fronteras europeas suele requerir permisos especiales y el traslado de tropas o de equipos deben estar precedidas de un aviso previo.
Para solucionar estos problemas, el teniente sugiere la creación de una suerte de 'Schengen militar' por los países europeos, en referencia al acuerdo que permite viajar libremente entre la mayoría de los estados de la Unión Europea, de tal forma que las tropas y equipos puedan moverse sin trabas a través del continente y alcanzar el frente oriental en cualquier momento.
Exceso de reglamentos y poco tiempo
Sollfrank no es el primer militar que llama la atención sobre los problemas logísticos y burocráticos del bloque en Europa. "Tenemos un exceso de reglamentos, pero lo único que no tenemos es tiempo", advirtió el almirante Rob Bauer, jefe del comité militar de la OTAN.
En 2016, el teniente general Ben Hodges, entonces comandante de las Tropas del Ejército de EE.UU. en Europa (USAREUR), calificó de insuficiente la infraestructura de transporte disponible en caso de conflicto armado, por lo que también instó a crear una 'zona militar Schengen' para el libre movimiento de las tropas de la Alianza Atlántica.
Tres años después, el Pentágono publicó una solicitud de concurso con la que pretendía aumentar la capacidad de despliegue de las USAREUR, superando así las restricciones para el acceso de contratistas a las instalaciones militares estadounidenses y de la OTAN en Europa.