Dentro de la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, se ha producido una división en dos bandos de opinión sobre el conflicto entre Palestina e Israel, una de las crisis más complejas durante su mandato, según informó The Washington Post citando a funcionarios anónimos.
Según el periódico, cerca de 20 empleados de la Casa Blanca solicitaron a principios de noviembre una reunión con los asesores de Biden para conocer la estrategia que el Gobierno empleará para frenar el número de muertes de civiles en la Franja de Gaza, y su visión de la posguerra para la región.
La Administración indicó que, aunque tenían que tener cuidado de no criticar a Israel en público para poder influir en sus líderes en privado, estaban presionando a Tel Aviv para que redujera al mínimo las víctimas civiles. Asimismo, revelaron que Biden abogaba por una solución de dos Estados una vez finalizado el conflicto.
La reunión entre los funcionarios, de la que hasta ahora no se había informado, subraya cómo la gestión de Biden para resolver la crisis está fragmentando una Casa Blanca que se "enorgullecía de dirigir una operación disciplinada y cohesionada", indica el medio estadounidense.
La división en Washington se da, en cierta medida, entre los asesores veteranos de Biden y una serie de empleados más jóvenes de diversas procedencias. Sin embargo, algunos de los asesores de más alto nivel reconocen que el conflicto ha dañado la posición de EE.UU. en el mundo. "Estamos pagando un alto precio en nombre de Israel", dijo un alto funcionario.
Asimismo, de acuerdo con dos fuentes de la Casa Blanca, los funcionarios estadounidenses estarían aprovechando la actual tregua para instar a Israel a que su operación militar en el sur de Gaza, donde se concentran casi 2 millones de palestinos, sea "más selectiva y menos mortífera".