Un avión chino de sexta generación derriba un bombardero furtivo B-21 de EE.UU. en combate simulado
Un avión de sexta generación chino ganó un duelo virtual al bombardero furtivo estadounidense B-21 Raider y a un dron en un simulacro que organizó un equipo de ingenieros chinos del programa de aeronave de sexta generación nacional.
Los resultados sugirieron que, gracias a una combinación de equipo avanzado y nuevas tácticas, China puede detectar primero a los oponentes y derribarlos con misiles hipersónicos, informa South China Morning Post.
Pero, si EE.UU. organiza un contraataque, la lucha por la superioridad aérea entre los dos países se volvería tan compleja e intensa que "podrían pasar horas antes de que el polvo se asiente", sostuvieron los ingenieros chinos, liderados por el profesor Chen Jun de la Universidad Politécnica del Noroeste en Xian.
Después de meses de retraso, el nuevo bombardero estratégico furtivo de EE.UU. B-21 Raider, desarrollado por Northrop Grumman, realizó su primer vuelo el 10 de noviembre.
Aunque solo es capaz de volar a unos 1.000 km/h, ligeramente por debajo de la velocidad del sonido, este bombardero de sexta generación desempeñará un papel central en la estrategia llamada Penetración en la Defensa Aérea ('Penetrating Counter Air', o PCA) de la Fuerza Aérea de EE.UU., concebida para posibles conflictos con el Ejército chino. Actualmente, se está construyendo una preserie de seis B-21 Raider, que participarán en pruebas. El prototipo que realizó el vuelo inaugural se presentó al público en diciembre de 2022, y su primer vuelo se retrasó al menos en dos ocasiones.
Pese su velocidad subsónica, el B-21 tiene una sección transversal de radar tan pequeña que, en teoría, puede penetrar sin ser detectado a través de defensas aéreas enemigas, portando gran cantidad de misiles y bombas.
A diferencia de bombarderos sigilosos anteriores como el B-2, el B-21 también puede interactuar con drones furtivos.
Actualmente, la toma de decisiones en las batallas aéreas recae principalmente en los pilotos. Pero, la nueva táctica china anti-PCA tiene un mayor grado de libertad que permite que la toma de decisiones se mueva rápidamente entre humanos, drones y misiles utilizando tecnología de inteligencia artificial, según el equipo de Chen.