El cirujano británico-palestino Ghassan Abu Sitta, especialista en quemaduras de Médicos Sin Fronteras que trabajó en los hospitales Al Shifa y Al Ahli de la Franja de Gaza, y que acabó de regresar al Reino Unido, denunció este lunes el uso de municiones fragmentarias, bombas incendiarias y de fósforo blanco por parte del Ejército israelí en el enclave palestino.
"También empezamos a notar el aumento del uso de proyectiles fragmentarios. Los pacientes llegaban con patrones de heridas muy singulares", declaró el especialista. Además, destacó que las heridas ordinarias causadas por explosión tienen el borde quemado con mucha suciedad y partes de ropa, pero las heridas que presenció en Gaza "eran un corte muy limpio", como si fueran "hechas con sierra". "A diferencia de las heridas por explosión, en las que la amputación se produce en las partes más débiles del cuerpo, como las articulaciones, estos pacientes sufrían amputaciones en guillotina en partes extremadamente duras del cuerpo", indicó.
Entre otros detalles, el cirujano aseguró que tenían que tratar las quemaduras causadas por las bombas de fósforo blanco. "Las quemaduras por fósforo queman hasta el núcleo interno del cuerpo y solo se detienen cuando no tienen exposición al oxígeno. Así que el paciente se fruncía con quemaduras que perforaban hasta las costillas, los huesos", sostuvo. Asimismo, agregó que los militares israelíes también utilizaron bombas incendiarias, ya que trató a unos 100 pacientes con el 40 % de la superficie corporal quemada, pero sin otras lesiones.
A su vez, el médico señaló que alrededor de 40-45 % de los heridos eran niños y entre 700 y 900 menores sufrieron amputaciones. Según Abu Sitta, el blanco principal de los bombardeos israelíes fueron edificios residenciales. "El objetivo de esta guerra era convertir Gaza en un mundo de muerte inhabitable", subrayó.
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