Arqueólogos han descubierto los restos de un posible templo de hace 1.400 años, que muestra el poder y la riqueza del antiguo reino anglosajón Anglia Oriental, en la localidad de Rendlesham, en el condado de Suffolk (Reino Unido).
Según un comunicado de las autoridades locales, el año anterior se hallaron los restos del llamado 'Royal Hall', una sala de los reyes de Anglia Oriental, pero este verano en la zona se encontraron vestigios de talleres de procesamiento de metales, incluido un molde para fundir arneses decorativos para caballos.
Además, se descubrió que el complejo real tiene el doble de tamaño de lo esperado, ocupando unas 15 hectáreas, y formaba parte de un extenso asentamiento que cubría 50 hectáreas, algo único en la arqueología de Inglaterra de los siglos V-VIII.
"Los resultados de las excavaciones en Rendlesham hablan vívidamente del poder y la riqueza de los reyes de Anglia Oriental y de la sofisticación de la sociedad que gobernaban", señaló Christopher Scull, el principal asesor científico del proyecto.
El sitio de Rendlesham fue identificado como un centro real de Anglia Oriental por un antiguo monje conocido como Beda 'el venerable' en su texto 'Historia eclesiástica del pueblo inglés', donde aseguró que el rey Redwald, que murió en el año 625 d. C., construyó un templo que albergaba altares tanto a Cristo como a dioses paganos.
Se cree que este monarca fue el primer rey de Anglia Oriental en abrazar el cristianismo, pero también mantuvo vínculos con otras religiones.
De acuerdo a los cimientos, los expertos determinaron que uno de los edificios, de 10 metros de largo por 5 metros de ancho, era inusualmente alto y resistente para su tamaño. Por ello, creen que tales características indican un propósito especial de la estructura, asegurando que probablemente se trataba de un templo o una casa de culto.
En este sentido, al comparar sus características con estructuras similares en otras regiones de Inglaterra, los especialistas apoyaron la idea de que el edificio fue utilizado para el culto precristiano por la monarquía de la época.
Este descubrimiento arqueológico plantea importantes cuestiones sobre las prácticas religiosas y los aspectos culturales de la sociedad de aquel entonces.
Los restos también incluyen evidencia de asentamientos anteriores del Neolítico, la Edad de Bronce, la Edad de Hierro y el período romano, destacando la importancia de Rendlesham como un lugar de asentamiento durante 6.000 años y su papel particular entre los siglos VI y VIII.