El ministro austriaco de Asuntos Exteriores, Alexander Schallenberg, acogió con satisfacción la decisión de la Presidencia macedonia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) de permitir que el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, asista a la reunión anual que se celebra esta semana en Skopje. Así lo declaró en una entrevista al portal austriaco Puls24.
"Occidente no debe tener miedo a sentarse con los rusos. Creo que la tendencia a sumergirnos en nuestras propias cámaras de eco en política exterior es una amenaza para la vida", afirmó, añadiendo que la diplomacia llevada a cabo en la OSCE es "multilateralismo clásico en el mejor sentido".
El año pasado, Polonia, que entonces ocupaba la Presidencia en ejercicio de la OSCE, se negó a permitir que la delegación rusa, encabezada por Serguéi Lavrov, asistiera a la reunión del Consejo Ministerial de la OSCE los días 1 y 2 de diciembre de 2022. En aquel momento, Schallenberg fue el único ministro de Asuntos Exteriores occidental que criticó la decisión.
Este año, debido a la participación de Rusia, los ministros de Ucrania y los Estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) cancelaron su asistencia a la reunión de Skopje. El ministro polaco de Asuntos Exteriores, Szymon Szynkowski vel Sek, también declaró a la prensa que no asistiría a la cumbre ni enviaría a ningún representante.
Schallenberg dijo "comprender emocionalmente" estos movimientos, al tiempo que subrayó que la OSCE será "indispensable" tras el conflicto de Ucrania, y es también "nuestro salvavidas en Asia Central y el Cáucaso". "En el futuro, necesitamos más OSCE, no menos", señaló.
La reunión del Consejo Ministerial de la OSCE se celebra en Skopje, capital de Macedonia del Norte, los días 30 de noviembre y 1 de diciembre. El avión de Lavrov llegó durante la víspera de la reunión a la capital macedonia vía Grecia, en lugar de Bulgaria como estaba previsto, tras haber recorrido 4.000 kilómetros. El motivo era que transportaba también a la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zajárova, a quien Bulgaria había prohibido sobrevolar su territorio.