Este viernes arribó a Chile procedente de EE.UU. Pedro Barrientos, un exteniente del Ejército al que se sindica de haber torturado y asesinado al cantautor Víctor Jara, así como al director de prisiones del gobierno de Salvador Allende, Littré Quiroga, en el contexto de la represión desatada tras el golpe de Estado de 1973.
Según reportes de medios locales, el avión de Barrientos aterrizó en el aeropuerto de Padahuel y de allí fue trasladado en helicóptero por la Policía de Investigaciones hasta el Batallón de la Policía Militar de Peñalolén, donde permanecerá en prisión preventiva mientras transcurre su proceso judicial.
Por este caso, la Corte Suprema de Justicia chilena ya condenó a más de 25 años de cárcel a Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana y Hernán Chacón Soto, tras haber determinado su culpabilidad en los delitos de secuestro agravado y homicidio agravado en los casos de Jara y Quiroga.
El camino a la justicia
A inicios de octubre de 2023, Barrientos fue detenido en Deltona, una ciudad del estado de Florida, a consecuencia del proceso de extradición que inició en 2016, luego de se le halló responsable directo del crimen contra Jara en un juicio civil impulsado por la viuda del intérprete, Joan.
Aunque el trámite inicialmente parecía inviable porque el exoficial tenía ciudadanía estadounidense, un tribunal le revocó la nacionalidad por mentir a los agentes que lo entrevistaron para concedérsela, lo que permitió su eventual arresto y deportación, en tanto su situación migratoria se hizo irregular.
El exfuncionario también pudo evadir la justicia por los pactos de silencio que se instalaron en el Ejército chileno para encubrir las violaciones masivas a los derechos humanos perpetradas por la dictadura pinochetista, que tuvieron como principal blanco los militantes de organizaciones de izquierda.
Empero, el velo de los asesinatos de Jara y Quiroga se corrió en 2009, cuando el exoficial José Adolfo Paredes Márquez describió ante el juez Juan Eduardo Fuentes detalles precisos de la tortura que padeció el intérprete e identificó con nombres y apellidos a los perpetradores.
Paredes, que en los días del golpe militar era un conscripto de 18 años venido de provincia, sostuvo que en algún punto de la noche del 15 de septiembre de 1973, Barrientos y el teniente Nelson Haase ordenaron el traslado de las víctimas a los sótanos del Estadio Chile, donde las torturaron y balearon hasta la muerte.