"El momento es muy crítico": Cataluña vive la peor sequía desde que hay registros en España

El gobierno de la región está adecuando el puerto de Barcelona para poder recibir agua de barcos cisterna, por si no llueve lo suficiente hasta la primavera.

Barcelona fue seleccionada para acoger el año que viene la cumbre de la Organización de Naciones Unidas (ONU) contra la sequía, en momentos en que Cataluña (nordeste de España) pasa por su peor crisis hídrica desde que se tienen registros.

La situación, a pocas semanas de que llegue el invierno, es de preemergencia para seis millones de personas que viven en 202 municipios del área metropolitana de Barcelona, y otros tantos de Girona, que se abastecen de la red de los ríos Ter y Llobregat.

Eso quiere decir que, por ahora, no hay cortes ni racionamiento estricto, pero sí un límite al consumo de 210 litros por persona al día –que por ahora apenas afecta a la vida cotidiana–, además de otras medidas, como la prohibición de llenar piscinas y regar los jardines o lavar los coches y las calles con agua potable.

La idea es alargar lo máximo las exiguas reservas que, según la Generalitat –el gobierno regional–, rondan el 18 %, mientras se prepara a la población para que, si no llueve en las próximas semanas, entren en la fase de emergencia, lo cual implicará medidas más drásticas y molestas.

"Por duración, intensidad y afectación al territorio" 

Tan preocupante es la situación, que la Generalitat está renovando las instalaciones del puerto de Barcelona para poder acoger barcos cisterna, en caso de que no llueva lo suficiente hasta primavera. Eso pasó en 2008, cuando las embarcaciones cargadas de agua potable llegaron de Tarragona (sur de Cataluña) o de Marsella (sur de Francia).

"El momento es muy crítico. Estamos en la peor situación de falta de agua procedente de la lluvia desde que tenemos datos, de los últimos cien años. Es la peor sequía por duración, intensidad y por afectación al territorio", declaró hace días el consejero de Acción Climática, David Mascort.

Las lluvias llevan más de tres años muy por debajo de la media para esta región de ocho millones de habitantes de la que Barcelona, la segunda ciudad de España, es capital.

Desde hace unos meses, Barcelona y el área metropolitana sufren algunas limitaciones en el uso de agua para fines agrícolas o industriales, pero el panorama podría ensombrecerse todavía más.

Hay otros 36 municipios, sin embargo, casi todos en la provincia de Girona, que ya llevan meses en fase de emergencia.

"El agua no cae del cielo"

El país europeo atraviesa un episodio de sequía de larga duración, sobre todo en el nordeste (Cataluña) y en el sur, donde algunas cuencas hidrográficas tienen un nivel de agua apta para el consumo en los embalses similar, como el 18,5 % de la cuenca del Guadalquivir, o incluso más bajos, como el 14,7 % de la cuenca de Guadalete-Barbate, según datos oficiales de la semana pasada. La media nacional es 43,4 %.

La Generalitat está aprovechando la fase de preemergencia para hacer una campaña pidiendo a sus ciudadanos que limiten el consumo. "El agua no cae del cielo. Ahorra agua. Es urgente", dice uno de los lemas.

Hasta ahora, el gobierno catalán ha destinado unos 160 millones en ayudas para paliar los efectos de la sequía en la agricultura.