En marzo de 2021, en el apogeo de la pandemia del covid-19, el entonces primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, encargó a los servicios de seguridad británicos elaborar un plan de incursión en una planta de producción de vacunas contra el covid-19 ubicada en los Países Bajos, para recuperar las dosis de AstraZeneca "robadas" por la Unión Europea (UE), informó Daily Mail el domingo pasado.
Según funcionarios diplomáticos, Johnson estaba "enfadado" por las amenazas por parte de la UE de detener el suministro, ya pagado, de 5 millones de dosis de vacunas al Reino Unido. De este modo, el ex primer ministro británico, que había prometido vacunar a todos los grupos prioritarios de la población hasta mediados de abril de ese año, solicitó a los servicios de seguridad que consideraran resolver el problema por la vía militar.
Sin embargo, dicho plan nunca fue realizado por razones diplomáticas: si los británicos hubieran llevado a cabo tal incursión, sus relaciones con los países del bloque habrían empeorado significativamente, explica el medio. Además, se habría puesto en riesgo el suministro posterior de vacunas de Pfizer procedentes de otras plantas europeas.
Una de las fuentes del periódico expresó que "la UE de hecho confiscó 5 millones de dosis" de vacunas del Reino Unido. "Por supuesto que el primer ministro estaba enfadado. Estaban poniendo en riesgo las vidas de los británicos [...][Johnson] ordenó que consideraran todas las opciones de respuesta, y esto incluyó la petición a los servicios de seguridad de que evaluaran si existía alguna opción para la retirada física de las vacunas de los Países Bajos y su entrega aquí", agregó.
Según otro informante, "la UE simplemente no pudo aceptar" que Londres había hecho el mejor acuerdo con AstraZeneca, por lo que las vacunas "de hecho fueron robadas". En este sentido, calificó las acciones tomadas por Bruselas como "Trumpianas". Hablando de la posible redada, explicó que "en ese momento las acciones de la UE eran tan agresivas que no parecía una idea tan descabellada".
Posteriormente, el Gobierno británico cubrió esas dosis faltantes con las vacunas procedentes de la India.
En el apogeo de la pandemia, había desacuerdos entre la UE y la compañía farmacéutica AstraZeneca. Debido a una serie de problemas de producción, la farmacéutica pudo entregar solamente una parte de lo planeado a los Estados del bloque y se había negado a desviar los suministros de sus plantas ubicadas en el Reino Unido. Por su parte, la UE prohibió exportar dosis de vacunas de su propio territorio.